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Willy Sabor: El emperador de la alegría radial

18/10/2009 11:30 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Por más de doce años, como una hormiguita este púgil es el encargado de quitarnos el sueño para ir a la pega y alegrarnos cada mañana a punta de buenas tallas, música y toda su magia. Fuimos a verlo en plena batalla y esto fue lo que conversamos

Willy Sabor: El emperador de la alegría radial

Todos los días en la mañana es cosa que usted se tome cualquier toco, se suba a una micro o entre a algún bolichito a comprar algún engañito para tomar choca, y en todos esos lares va a escuchar la misma voz, encendiendo el carnaval popular que nos hace empujar pa’ adelante el carretón de mano de la vida contra las adversidades. Ahí está, al otro lado del micrófono de punto en blanco, en lo que se ha convertido en una gala radial de la mañana, nuestro gran compebre Guillermo Andrés González, más conocido por todos como Willy Sabor, para ayudarnos en nuestras cototas labores, pintando de colores con sus salidas las ondas de la radio. Es como los cabritos del bombo, en los partidos de la selección, quien no se cansa nunca de hacernos reír y cambiar por alegría las lagañas de todos en la pega.

De las canastas a los escenarios

Nacido y criado acá en Santiago, y cuando aún era un pequeño Willy ya era pirinola. Junto a su taita y eterno yunta, recorría festivales haciéndole a la cantada. "A los cinco años andaba en festivales, cantando "Piececitos de niño", y mi papá que es productor musical le ponía la música. Todavía tengo esos recuerdos bien bonitos, lo pasaba muy bien", nos cuenta mientras suena un temita en la radio. Ya un poquito más grande, y menos kilómetros, pero aún pitufo jugaba cuánto deporte podía, pero se dedicó finalmente al basquetbol, haciéndole a esa cosa de las canastas. "Fui deportista toda la vida, pero con el basquetbol llegué a la Dimayor, jugué en la Chile, en la Católica y en la selección, pero el tema de los malos dirigentes me aburrió y me retiré a los 21 años. Había regaloneo a determinados jugadores, se notaba mucho, compadrazgo. Aparte que toda la vida jugué por la camiseta, por hacer deporte, cero peso", nos cuenta. En esos tiempos estaba estudiando administración de empresas y comenzó a cantar en las noches por algunas pocas lucrecias por ahí por avenida Colón. Se llamaba en ese entonces Andy Bravo, y por ahí por el ’92 sacó su primer disco con canciones tropicales y románticas, que ya adelantaban un poquito lo que se vendría.

Por más de doce años,  como una hormiguita este púgil es el encargado de quitarnos el sueño para ir a la pega

La mañana caliente

Un día, mientras animaba un evento, alguien por ahí lo vio y les comentó de su show a un grupo de compipas que armaban por ese entonces lo que sería la actual Radio Corazón. Fue a dar la prueba, le pasaron una lista de temas para que armara su programa y se tiró al agua nomás. Puso la misma voz con que animaba sus presentaciones, y sacó a relucir su primer "¡Cómo lo están pasándolo!". A la mitad de la prueba le dijeron que parara y que pronunciara mejor. Quedó helado y se fue algo achacado a la casa, pero a los poquitos días ya estaba al aire, poniéndole color, rompiendo para siempre el clásico estilo de los locutores de ese entonces, más tirados para lo formal. De ahí no pasó mucho tiempo para que se transformara en el rey de la mañana, siendo el programa con más sintonía en su horario durante 13 años. Y como no, si es como tomarse un causeíto para componer la mona, dejar atrás el sueño y ponerse a batallar derechitos y chispeantes. Luego vendría su llegada a programas de la tele, como el finadito "Pase lo que pase", y su consagración en el "Morandé con Compañía".

Por ahí también inició un programa solo, pero no le fue muy bien, así que con el mismo ánimo de siempre supo pararse del costalazo y echarle pa’ adelante. "Soy súper apegado a mi familia, con mi señora también somos súper unidos, gracias a ellos uno se mantiene en esta carrera que es un poquito complicada. Te bajoneas, a veces sientes que no vales nada, y si no fuera por ellos, no sales adelante. Gracias a ellos tengo esa habilidad de estar siempre contento, siempre con buena onda. Aparte que mi trabajo se debe a la gente, ella es la que te sigue, te escucha en la radio, o te ve en televisión y te da buenas vibras, soy súper agradecido de esas personas", remacha nuestro compipa Willy. Todos los días termina bien tarde su pega en la tele, duerme un poco y ya está con la pila cargadita para ponerle el hombro en la radio.


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Autor:
Fidelam (4708 noticias)
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Nota de prensa
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