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Seguridad marítima. Combatir a la piratería y más operaciones

14/03/2020 18:43 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Desde que empezara de forma titubeante la Operación Atalanta, hasta que esta misma barriera la piratería de las costas Somalía, el despliegue naval occidental en estados fallidos o incapacitados ha evolucionado al concepto de seguridad marítima superando la mera lucha antipiratas inicial

A veces es bueno ver las cosas en perspectiva para sacar las conclusiones adecuadas, un ejemplo seria analizar la campaña de lucha contra la piratería en el cuerno de África con sus inicios bastante titubeante e incluso ineficientes al empezarse la operación en diciembre de 2008, a la eficacia ganada paulatinamente en liquidar la piratería de la zona en los últimos años y su practica erradicación de este área en la actualidad.

Y lo más interesante la exportación de este modelo a nuevas zonas de actuación, Golfo de Guinea, pero ya no circunscrito a la mera lucha militar contra los filibusteros sino incardinado en un concepto más amplio que se conoce como: Seguridad Marítima.

Atalanta los errores iniciales 

Lo cierto es que cuando comenzó su actividad en 2008 contra la piratería en el Cuerno de África la Operación Atalanta tuvo unos inicios muy titubeantes e incluso fallidos: con pagos de rescates, aumento de la incidencia de la piratería, rehenes que eran mantenidos presos durante meses, barcos secuestrados de forma indefinida, incremento de la actividad pirática ante los rápidos beneficios que provocaba, situación socialmente desesperada en los países orígenes de filibusterismo lo que da un aumento exponencial de toda clase de delincuencia, estados fallidos e inoperativos de los países emisores de piratería de hecho el estado era inexistente, situación de anarquía en los mismos y total descontrol social y judicial, sensación de impunidad entre los individuos que se dedicaban a esta actividad lo que incrementó su número pues se creo una sensación de superioridad con no pocas burlas de los piratas ante la inoperatividad occidental.

España vivió en sus carnes esos inicios erróneos con los vergonzosos episodios del Playa de Bakio y el Alakrana que acabaron con la fuga de los piratas tras cobrar suculentos rescates.

Las causas de estos fracasos fueron múltiples y se encontraron ya en la reticencia de ciertos gobiernos occidentales a la hora de afrontar riesgos (en España la pusilanimidad de la administración Zapatero fue escandalosa), normas de enfrentamiento confusas y ambiguas, incapacidad de juzgar a los piratas por falta de tribunales competentes, ausencia de una legislación específica, poca coordinación entre las diferentes armadas implicadas especialmente si eran de países ajenos a la UE como India, Rusia o los EEUU, incapacidad de autodefensa del tráfico marítimo, vasta área marítima a custodiar, ausencia de denuncias del delito pirático pues muchos barcos asaltados también tenían que ocultar sus propios trapos sucios y falta de una definición clara de la misión.

Aplicando las lecciones aprendidas

Ahora bien los errores iniciales fueron corrigiéndose poco a poco y las soluciones aportadas demostraron ser eficaces.

De este modo las normas de enfrentamiento fueron redefinidas y se hicieron más claras y eficientes, incluyendo el uso de fuerza letal que empezó a ser empleada con contundencia con lamentables resultados para los piratas, al pasar el control operativo de la misión de los gobiernos al mando de Atalanta los comandantes de cada navío podían tomar las decisiones de forma más rápida y eficaz y emplear la fuerza armada no solo para repeler agresiones sino para evitar delitos y rescatar a ciudadanos en peligro.

Un ejemplo de esto último fue el rescate de la ciudadana francesa Evelyne Colombo en 2011 ejecutado de forma magistral por la unidad de la Fuerza de Guerra Naval Especial, FUGNE, destacada al buque Galicia que emocionó al mundo, especialmente a Francia, y puso a España en el mapa de los países capaces de llevar a cabo rescates de rehenes en la escena internacional con éxito.

Las capturas de piratas ya sea en sus esquifes en el mar o capturados en barcos secuestrados se sucedieron, las operaciones de rescate en buques capturados se sucedían una tras otra con total éxito demostrándose una cuestión innegable, que pese a su bravuconeria y matonismo los piratas eran una nulidad combatiente, absolutamente mediocres e incapaces y que cuando se enfrentaban a las marinas de Atalanta eran derrotados irremisiblemente, acabando muertos en combate o capturados.

De hecho las bajas afectaron la moral de los bucaneros hasta que pasado un tiempo y tras una larga serie de combates fallidos, simplemente se rendían a las fuerzas occidentales nada más las veían aparecer sin ofrecer ninguna resistencia.

Otras medidas de éxito se sumaron: se incorporó seguridad privada armada a los buques civiles (mercantes y pesqueros) que demostraron ser especialmente efectivos a la hora de repeler abordajes, se realizaron incursiones de fuerzas especiales que destruyeron los asentamientos piratas y las infraestructuras piratas en la costa, desde cayucos y esquifes a polvorines y depósitos de combustible.

 

Y se entrenó en países terceros, Uganda y Mali, a las fuerzas locales leales a los gobiernos legítimos que de forma eficiente, y ante el asombro de muchos, empezaron a ocuparse de esta tarea privando a la piratería de sus bases terrestres.

La vertiente judicial también mejoró al firmarse acuerdos con naciones de la zona, Kenya y Seychelles, que aceptaron juzgar y custodiar a piratas aunque no fueran capturados en sus aguas territoriales, aunque estas naciones a veces denunciaron el acuerdo por un sobreexceso de piratas entregados lo cierto es que pronto y merced a notables ayudas económicas y acuerdos políticos favorables volvieron a encargarse de la tarea.

A su vez la relativa recuperación de un estado somalí viable permitió la reconstrucción de un poder judicial propio que empezó a enjuiciar el fenómeno del filibusterismo.

Del mismo modo los piratas que cometían delitos contra nacionales con navíos en la zona eran extraditados a los países afectados para su enjuiciamiento, el chusco asalto de una patera pirata contra el buque de guerra Patiño fue un ejemplo sintomático de esto.

Mejora de la situación política y social del anfitrión

Y quizá lo más importante, Somalía el país productor de piratería ha mejorado ostensiblemente su situación tras casi tres décadas de ayuda occidental, reconstrucción económica, elecciones libres y gobiernos moderados. Oficiales españoles y de otras nacionalidades que han participado en las misiones internacionales en ese país así lo atestiguan.

En una conferencia reciente en el CESEDEN el comandante Jesús Diez Alcalde expuso su veredicto tras volver de Somalía de una misión de seis meses: "Somalía ha pasado no de ser un estado fallido a otra cosa, es que no existía el estado.

Las enseñanzas de la Operación Atalanta han llevado a evolucionar este concepto corrigiendo los errores iniciales

Solo había señores de la guerra cada cual en su feudo, y ahora tenemos un estado en vías de construcción con gobiernos legítimos y que mantienen la paz con dialogo, coaliciones de gobierno y organización federal, sin hambrunas y con economías en desarrollo merced al petroleo.

Quedan décadas por hacer pero infinitamente mejor es lo que hay ahora de lo que había a finales del siglo XXI".

Consecuencia de ello el fenómeno pirático ha sido prácticamente erradicado del Cuerno de África hasta convertirse en un fenómeno residual, aun existe y podría rebrotar por lo que Atalanta se mantiene, pero nada tiene que ver el nivel que tuvo a inicios de esta década con la marginalidad a que está reducido ahora.

Concepto de seguridad marítima

Se puede entender que esta mejora no se ha debido solo a una mera eficacia militar contra la piratería sino que como hemos visto se ha conseguido por la suma de una serie de estrategias a seguir afortunadas, que podemos enumerar: 

  • La lucha contra la piratería no se soluciona simplemente con la acción de unidades navales contra los piratas, esta es solo un medio táctico necesario pero no el único, y menos mientras este fenómeno está inducido por las terribles condiciones de vida de los países de origen los cuales necesitan de ayuda al desarrollo y soporte económico.

  • La lucha contra la piratería no puede circunscribirse al mar, hay que atacar y destruir las bases piratas en tierra.

  • La lucha contra la piratería es una tarea común a todos los aliados, ningún país puede pensar en llevar esta campaña por si solo.

  • El mejor modo de combatir a la piratería es por parte de fuerzas propias de los países anfitriones que se enfrenten al enemigo en su terreno.

  • Esas fuerzas deben ser entrenadas y adiestradas por unidades occidentales para lograr ese nivel de eficiencia preciso.

  • Los delitos de piratería deben ser juzgados por tribunales legítimos e imparciales en sus países de origen, salvo casos de agresiones a nacionales terceros donde el bucanero es extradita al país atacado.

  • Los gobiernos legítimos de las naciones de origen del fenómeno pirático deben ser apoyados en esta lucha contra el filibusterismo.

  • Se precisa una presencia militar y naval real en la zona para demostrar que los gobiernos locales tienen ese apoyo real en la lucha contra la piratería.   

La aplicación de esta estrategia en el campo marítimo se denomina Seguridad Marítima y teniendo en cuenta el caso somalí y su éxito se ha trasladado al nuevo escenario pirático latente: el Golfo de Guinea.

Despliegue en el Golfo de Guinea

Aunque no tan virulenta como se dio en Somalía, es el Golfo de Guinea el área donde el fenómeno de la piratería ha empezado a despuntar, más como una forma de delincuencia organizada que como un fenómeno sociológico como fue el escenario somalí, el fenómeno es claramente menos agresivo y activo.

Los motivos de esto son claros: la prosperidad económica y la estabilidad política de la zona es mayor y las naciones ribereñas al golfo no pueden considerarse estados fallidos, tienen evidentes dificultades para mantener un escenario de seguridad en el mar pero existe un estado sólido que garantiza un grado aceptable de seguridad y poder judicial.

Con el objetivo lógico de evitar que el fenómeno se dispare, la Armada realiza ya habitualmente campañas de "seguridad marítima" en la zona desde 2017, los patrulleros Infanta Cristina, Infanta Elena y Serviola ya patrullaron la zona en este tipo de misión cooperando con los gobiernos e instruyendo a las fuerzas locales, haciendo presencia en zona y patrullando la mar contra la piratería.

Al respecto el despliegue del Serviola el pasado 2019 fue muy efectivo en la lucha contra la piratería pues en abril del pasado año liberó a un mercante nigeriano secuestrado, aunque los piratas se dieron a la fuga cuando vieron al buque español acercarse, y en mayo el rescatado por el patrullero fue el mercante maltés "Blue Marlin" secuestrado por filibusteros que también se dieron a la fuga tras conocer que la unidad española apoyada por un guardacostas guineano se acercaban.

El último buque español enviado a la zona es el BAM Audaz, el cual abandonó su base de Cartagena para iniciar una misión de Seguridad Maritima en una misión de cinco meses que le llevará por los puertos de: Noadibou (Mauritania), Accra (Ghana), Doula (Camerún), Walvis Bay (Namibia), Luanda (Angola), Port Gentil (Gabón), Lagos (Nigeria), Sekondi (Ghana), Dakar (Senegal) y Praia (Cabo Verde).

Esto incluye adiestrar a las fuerzas locales, patrullar con ellas la zona marítima a custodiar, colaborar con los gobiernos de cada nación y actuar en cooperación con las armadas de EEUU, Francia y Portugal también con unidades navales en el área, y con ellas participar en los ejercicios Obangame Express y Gran African Nemo 2020, organizados por las armadas de Francia y EEUU respectivamente, y que junto a la instrucción militar persiguen mostrar claramente una presencia real en la zona, que disuada a los piratas y sea un apoyo a las autoridades locales. 

Hasta el próximo mes de julio en que será relevado en la misión por el BAM Tornado en Las Palmas de Gran Canaria.

Con todo parece que la estrategia de seguridad marítima es la correcta tanto para erradicar la piratería como para eliminar las causas sociales que la provocan, con todo el contexto general parece indicar que la implementación de este concepto podría erradicar el fenómeno de la piratería en los próximos años, sí esta estrategia se mantiene de forma perseverante.

La lucha contra la piratería se engloba actualmente en el concepto más amplio de "seguridad maritima"

 

 

 

 

 

 


Sobre esta noticia

Autor:
Antonio Rodríguez Jiménez (199 noticias)
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Tipo:
Reportaje
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