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Por José Ramón Díaz Martínez
Quiero dedicar este articulo a la Procrastinación, un tema que a todos nos afecta de alguna manera y, aunque el nombre apenas nos sonará, si añadimos algo como "Por qué dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy", seguro que nos sentiremos afectados, ya que ?en algún momento de nuestra vida? nos hemos encontrado ante situaciones donde procrastinamos.
El tema está poco tratado por lo que quiero incorporar a su estudio un libro, "Procrastinación" y un Autor, Piers Steel. El libro cayo en mis manos de casualidad, tengo por costumbre ir todos los viernes a dar una vuelta por una librería del centro de Madrid, para ver las ultimas novedades de los temas que más me interesan, y, ese día, me topé con este raro y sugerente titulo en Novedades y en la zona de Psicología; tengo que reconocer, que nunca había escuchado este nombre, por eso, fui directamente a hojear un poco sobre lo que trataba, y ?como buen gallego? dejé ir mi intuición y pasó a formar parte de mi biblioteca.
Todo lo que a continuación está escrito es parte del manual, donde hice un resumen de lo que ?bajo mi criterio? es lo más importante y que creo que puede ayudaros a conocer el tema. En uno de los capitulos que cito "Cómo la procrastinación actúa en las personas", creí que debía transcribirlo tal como viene pues es una descripción ?clara y precisa? de cómo actuamos cuando procrastinamos, también pongo un video al final del articulo donde ?de una manera grafica y clara? se ilustra y se complementa lo anterior.
Espero haber acertado en la elección y, si queréis profundizar más sobre el autor y el libro, lo cito al final del artículo en la bibliografía. Espero que con este articulo haya acertado y que podáis sacar un buen provecho de su lectura. (Piers Steel es doctor en Psicología Industrial y Organizativa, es un gran investigador en ciencias de la motivación y la procrastinación).
2. RETRATO DE UN PROCRASTINADOR"No dejes nunca para mañana lo que puedas hacer pasado mañana" -Mark Twain
Este libro trata de todas esas promesas que se hizo y no cumplió. Trata de todas las metas que se puso pero dejo pasar porque nunca encontró la motivación, trata de los días que pasa sin que haya hecho nada, de los retrasos, de las oportunidades perdidas y de más. De mucho más.
La procrastinación no es pereza o vagancia, aunque sea fácil confundirla con ellas. Los procrastinadores, al contrario que los verdaderamente vagos, quieren hacer lo que tienen que hacer, y con frecuencia consiguen hacerlo, pero no sin tener antes que trabajar duro. En su elección de que hará ahora y que dejará para después es donde radica la procrastinación, no en la dilación en si
Si es usted un procrastinador, voy a decirle algunas cosas que le esperanToda procrastinación sigue unas pautas parecidas. Viene a ser como sigue:
"Al principio de un gran proyecto el tiempo abunda. Intenta remangarse unas cuantas veces, pero no hay nada que haga que se sienta usted implicado de todo corazón. Si se puede olvidar la tarea, usted la olvidara. En esas, llega el día en que realmente quiere ponerse manos a la obra, pero de pronto percibe que en el fondo no lo esta haciendo. Le falta tracción. Cada vez que intenta envolver la tarea mentalmente, algo le distrae y derrota sus intentos de progresar, así que remite la tarea a un día con más horas, para descubrir que cada día de mañana parece tener las mismas veinticuatro. Al final de cada uno de esos mañanas se enfrenta al inquietante misterio de a donde habrán ido a parar. Esta situación se prolonga un poco.
Al final, la naturaleza limitada del tiempo se revela. Las horas, antes arrojadas con despreocupación, cada vez abundan menos y son más preciosas. Esa presión misma hace que cueste arrancar. Quiere ir adelantando el gran proyecto, y, sin embargo, se pone a hacer deberes secundarios. Ordena el despacho o limpia el correo electrónico; hace ejercicio, compra y cocina. Una parte de usted sabe que no es eso lo que debería estar ocupado, y así se lo dice a si mismo: "estoy haciendo esto; al menos, me preparo haciendo algo". Al final, ya es demasiado tarde para empezar, así que, para el caso, se va a la cama. Y el ciclo de la elusión empieza de nuevo al amanecer.
A veces, para calmar la ansiedad, se entrega usted al puro entretenimiento. Se toma un momento para ver el correo electrónico o los resultados deportivos. Pero entonces, ¿por qué no responder unos cuanto mensajes o ver unos minutos la televisión? Pronto, esas tentaciones le han seducido. La tarea todavía se va asomando por la periferia de su visión, pero no quiere mirarla a la cara ?no podría apartarse de ella si lo hace?, así que se atrinchera aun mas en sus distracciones. Escribe largos y apasionados comentarios en foros de Internet, rebusca cada pequeña noticia que puede haber o cambia de canal de televisión frenéticamente a la mínima perdida de interés. El placer se torna impotencia cuando ya no es capaz de abandonarlo.
A medida que se acerca la fecha de entrega, intensifica las diversiones para que lo distraigan en grado suficiente. Anula todo lo que le recuerde lo que tanto teme; esquiva calendarios y relojes. Distorsiona deliberadamente la realidad; sus planes pasan de perfectamente realizables a apenas posibles. Cuando debería estar trabajando mas que nunca, se adormece y fantasea con mundos diferentes de este, con ganar la lotería, con estar en cualquier sitio menos donde esta. Si un amigo, un pariente o un compañero intenta alejarle de sus distracciones, le espetara, irritado: ¡Un minuto solo! ¡LO HAR? DESPUÉS DE ESTO! Por desgracia, "esto" no acaba nunca. En secreto, usted no para de recriminarse su actitud; duda de si mismo y envida a quienes meramente hacen las cosas.
La energía se va acumulando hasta que, por fin, se cruza un umbral y algo salta: usted se pone a trabajar. Una especie de mente interior ha ido destilando calladamente la tarea hasta dejarla reducida a lo esencial, pues ya no queda mas tiempo. Se pone manos a la obra, toma decisiones implacables, va haciendo progresos asombrosos. Tras las nubes amenazantes le sobreviene una claridad destellante. Hay pureza en su trabajo, alimentada por la verdadera urgencia del ahora o nunca. A unos pocos afortunados, ese brote de eficiencia les lleva a sacar adelante el proyecto. A otros, la ebullición inicial se le muere antes de haber logrado el maldito objetivo. Tras demasiadas horas de concentración insomne, el cerebro se apaga. La cafeína y el azúcar solo proporcionan una subida insatisfactoria. Tic-tac..., el tiempo se ha acabado. A trancas y barrancas cruzas la línea de meta, mal preparado; no le da al mundo lo mejor que usted podría haber dado."
4. EL PERFIL DEL PROCRASTINADOREl talón de Aquiles del procrastinador resulta ser la impulsividad, es decir, vivir impacientemente en el momento y quererlo todo ahora mismo. A los impulsivos les resulta difícil mostrar autocontrol o diferir la satisfacción. No andan sobrados de la capacidad de soportar una penalidad a corto plazo a cambio de un beneficio lejano.
El impulsivo trata de librarse temporalmente de una tarea que le provoca ansiedad, o la aparta de su conciencia; esta táctica tiene todo el sentido del mundo si se piensa solo en el corto plazo.
Además, La impulsividad conduce a los procrastinadores a ser desorganizados y a que se distraigan fácilmente, en otras palabras: a los impulsivos les resulta difícil planificar el trabajo por adelantado y se distraen fácilmente incluso cuando ya se han puesto a trabajar. La consecuencia inevitable es la procrastinación.
Impulsividad, 'vivir impacientemente'
5. VIDA MODERNA Y DISTRACCIÓN"Posponer es propio de la naturaleza humana"
Factores esclavizantes:Así vemos que cuando el atractivo de la tentación crece, la procrastinación también lo hace.
Según comenzó el siglo, los motivos de enganche han sido:Por todas partes se insiste ?una y otra vez? en lo inmediato y lo material, en el instante y lo consumible; y, con ello, se seduce a la gente para que posponga las metas a largo plazo, en última instancia, mas satisfactorias: el logro profesional, el voluntariado en la comunidad, sacar adelante una familia, seguir un camino espiritual. El materialismo y el consumismo no son más que propiedades emergentes de nuestra neurobiología cuando se le da rienda suelta en un mercado libre.
En suma: el derrotero del libre mercado apunta hacia la satisfacción de unas tentaciones cada vez más irresistibles que nos distraen de metas mayores.
6. PRECIO DE LA PROCRASTINACIÓNEl autor nos hace un estudio (una encuesta a más de cuatro mil personas) de doce campos importantes para nuestra vida y en los que más procrastinamos.
Vemos que los cinco principales son:Si los procrastinadores tienden a ser menos saludables y prósperos que los que cumplen, es probable también que sean menos felices. Y así es, se debe en parte al estrés de la procrastinación, que con frecuencia da lugar a la culpa. No es inusual que los procrastinadotes sufran más por posponer el trabajo de lo que habrían sufrido si lo hubieran llevado a cabo.
En consecuencia, cuando, por fin, acometen la tarea, suelen sentirse aliviados, y reconocer que "no es todo tan malo como creía". Rita Emmett, en su Guía del procrastinador, mantiene que se trata de una ley, a la que, dándole su propio nombre, llama ley de Emmett:"El pavor a hacer una tarea consume más tiempo y energía que hacerla".
La inacción nos causa el mayor sufrimiento. No haberlo hecho, no haberlo intentado, haberlo pospuesto, es parte de la condición humana, así que todos sufrimos por ello en alguna medida.
Al volver la vista a lo que ha sido nuestra vida, es común que se sienta que deberíamos haber intentado sacar el titulo o que tendríamos que habernos esforzado más en la clase, que deberíamos habernos armado de valor y habernos arriesgado a que nos dijesen que no al pedir una cita, o que tendríamos que haber encontrado tiempo para haber llamado a mamá aquella vez.
Nos acosan los fantasmas de nuestros posibles yos perdidos, lo que podríamos haber sido: podríamos haberlo sido, deberíamos haberlo sido, pero no lo fuimos.
Tentaciones que nos distraen de metas mayores
Pero no solo es un coste particular, la procrastinación también supone un coste económico, social y político.
8. OPTIMIZAR EL OPTIMISMOLa creencia en uno mismo distingue a quien tiene éxito del procrastinador; sin esa confianza, el sillón llama, la televisión distrae y los sueños del futuro se convierten en lo que podría haber sido.
Por otra parte, el exceso de optimismo puede conducir también a la procrastinación. El optimismo desenfrenado puede llevar, por ejemplo, a sentarse a esperar que pase algo bueno, con lo que la probabilidad de triunfar disminuirá.
Si se esta dejando algo para el ultimo minuto, en realidad, habrá aún menos tiempo. Como es lógico, queremos la mayor recompensa con el menor esfuerzo.
Optimismo realistaEl último paso para poner la procrastinación en su sitio es creerse lo que ha leído.
Fuente: https://manuelgross.blogspot.com/2016/06/los-secretos-de-la-procrastinacion-y.html