Carabineros no fue capaz de controlar la situación y familia del fallecido conductor y su novia Fernanda Hansen fueron acosados por el público.

El fervor popular no tuvo límites en el funeral de Felipe Camiroaga. Y parte de los miles de seguidores del fallecido animador que salieron a la calle para acompañar el cortejo hasta el Parque del Recuerdo, en el cementerio traspasaron las medidas de seguridad y llegaron hasta el lugar donde la familia planeaba vivir un momento íntimo, tras la ceremonia en TVN y la masiva procesión.

En el Parque del Recuerdo la gente se desbordó. Las barreras no aguantaron.

A eso de las 17 horas, y tras haber pasado por la Pérgola de las Flores, el carro fúnebre arribó hasta el cementerio. Allí esperaban familiares y amigos, reunidos en un espacio rodeado por vallas papales que los separaban de cientos de personas.

Jorge, el padre de Camiroaga, descendía del auto y recibía las muestras de cariño, incluso aquellas más efusivas. También estaban sus hijos y Fernanda Hansen. Y el grupo más cercano caminaba hacia la tumba del abuelo del malogrado rostro de TVN, lugar escogido por la familia para el último adiós. Entonces, el público comenzó a traspasar el cerco establecido para la intimidad familiar.

Angélica Castro evitaba hablar y era llevada por una especie de guardaespaldas. Julián Elfenbein esperaba en silencio que las cenizas de su amigo y colega llegaran a la tumba. Y una vez allí, se entonaron canciones deSilvio Rodríguez, el Gracias a la Vida de Violeta Parra y parte de la banda sonora de la película La Misión.

Después de eso, la familia se despidió de todos los asistentes. También de los desconocidos que, yendo más allá, se acercaban a darle el pésame al padre del animador y a pedirle autógrafos y fotos a Fernanda Hansen, a quien tuvieron que retirar escoltada, debido al acoso.

Más tarde, la escena se complicó, ya que el público llegó hasta la tumba, a pesar de los intentos de Carabineros por controlar la situación, y muchos se tomaban fotografías sobre el lugar en que Camiroaga debía descansar en paz.

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