Esto iba a quedar en borrador unos días, pero al final no. Porque tal vez necesito escribir esto ahora.

Sin tanta formalidad: hace poco pensé en la soledad como sinónimo de tristeza. Fue un pensamiento fugaz pero que llegué a identificar y me pareció raro. 

Mucho tiempo atrás entendí que mi soledad es de lo que más placer me da. De ella nacen pensamientos nuevos, conocimientos y reconocimientos. ¿Por qué, de repente, tenía algo que ver con la tristeza?

La tristeza está etiquetada como algo malo, doloroso, de lo que todxs somos esquivas. Pero lo que no se dice nunca es que sin ella la vida sería lo más mundano, inservible e insulso. Subsistir sin un puñado de tristeza, a fin de cuentas, es lo mismo que subsistir sin aire: no se puede. Aunque la esquives la estas necesitando: vivir esquivando algo es vivir por un propósito. Vivimos por ella. 

La tristeza está etiquetada como algo malo, doloroso, de lo que todxs somos esquivas. Pero lo que no se dice nunca es que sin ella la vida sería lo más mundano

A partir de esta convicción - de que la tristeza es parte de la vida más plena y significante - surge esta unión entre la soledad y la tristeza. 

Dos cosas que te permiten crecer; 

dos estados, sentimientos o estilos de vida que te permiten ser íntegramente pura. 

No tuvo que ver con que a la tristeza (algo intuitivamente negativo) la asocié con algo colosalmente positivo como la soledad,  

sino que ambas cosas velan por el mismo bien.