El 19 de octubre, funcionarios de los sindicatos 1 y 3 de Alsacia -empresa operadora del Transantiago- llegaron al comando de Sebastián Piñera a acusar a supuestos agentes gubernamentales y personeros del oficialismo de generar rumores respecto de que si el empresario llegaba a La Moneda se acabarían los beneficios sociales.

Pero la denuncia quedó en el aire: ningún denunciante fue capaz de identificar a los supuestos antipiñeristas.

Ello ejemplifica una de las oportunidades en que la Alianza ha intentado instalar la idea de una campaña sucia en contra de su candidato y que ayer tuvo un nuevo capítulo, cuando el propio Piñera instara a los habitantes de Temuco a denunciar a quienes actúan en desmedro de su candidatura.

“Algunos andan diciendo que si llegamos al gobierno se acaban los programas sociales, no es verdad. Les pido que nos ayuden a desenmascarar a aquellas personas que andan faltando a la verdad, asustando a gente humilde y sencilla, con rumores que no son verdad. Les pido que nos ayuden a desvirtuar esta campaña”, dijo a unas 200 personas del sector Amanecer, con quienes compartió un desayuno.

El 19 de octubre, funcionarios de los sindicatos 1 y 3 de Alsacia

Minutos después, al ser entrevistado por Canal 2, de la Universidad Austral, Piñera acusó a Eduardo Frei de refugiarse en el respaldo de la Presidenta Michelle Bachelet y aseguró que un candidato “tiene que pararse en sus propios pies” y no “permanentemente refugiarse en la mamá, la tía, el hermano”.

“Cuando uno necesita bastones, tanta ayuda, me pregunto qué tipo de candidato tenemos”, dijo.

Aprovechando el impulso, Piñera atacó también a Marco Enríquez-Ominami por sus propuestas en materias como aborto, legalización de la marihuana, por “ser partidario de entregarle tierra, mar, soberanía chilena a Bolivia” y por la forma en que se refiere “a la bandera, al escudo nacional y al Papa Juan Pablo II”.