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El banco portugués Novo Banco concluyó la venta de su filial de inversiones BESI al grupo chino Haitong por 379 millones de euros, anunció este lunes la institución surgida el año pasado del resto del Banco Espírito Santo (BES).
La venta de BESI (Banco Espírito Santo de Investimento) abre una nueva etapa en el desmantelamiento de la antigua casa matriz, cuyos principales 'holdings' se declararon en quiebra tras la detección de irregularidades en sus libros contables.
"Todas las condiciones necesarias para realizar la operación ya se han dado", precisó Novo Banco en un comunicado.
El BESI será bautizado 'Haitong Bank'. Su actual director es José Maria Ricciardi, primo de Ricardo Salgado, jefe del Banco Espírito Santo hasta su caída en desgracia en medio del escándalo que llevó a la liquidación del grupo. El BESI tiene implantación en 16 países de cuatro continentes.
La filial de inversiones encajó en el primer semestre de 2015 una caída de 88% de su beneficio neto, que totalizó 292.000 euros, pero asegura tener "perspectivas positivas" durante el segundo semestre, debido a expectativas del crecimiento de su actividad en Asia, gracias a su nuevo accionista chino.
Haitong International, un grupo financiero cotizado en las bolsas de Hong Kong y Shanghái, reivindica 4, 6 millones de clientes privados y 12.000 clientes institucionales en 30 provincias chinas.
El grupo Espírito Santo ya se desprendió de su filial de seguros Tranquilidade, adquirido por el estadounidense Apollo, así como de su red de agencias de viajes (Espírito Santo Viagens), adquirida por el suizo Springwater, y de sus actividades en el campo médico (Espírito Santo Saude), que pasaron a manos del conglomerado chino Fosun.
Novo Banco, tercer banco portugués en términos de activos, está igualmente en venta desde diciembre de 2014, pero las negociaciones con la aseguradora china Anbang encallaron y dejaron frente a frente a Fosun y a Apollo.
Novo Banco, que heredó los activos considerados sanos del BES, benefició en agosto de 2014 de un rescate de 4.900 millones, procedentes del Estado (3.900 millones) y por bancos privados que operan en Portugal.