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Génesis arrastró una historia dramática de abusos sexuales y adicción por el alcohol y las drogas. - “Sí, mi hija ya está descansando”, dijo ayer madre de la menor hallada muerta
Por Poly Raín
y Alejandro Salazar
La infancia y adolescencia de Génesis Sepúlveda Rosas, la menor de 15 años que fue encontrada muerta en la mañana del martes en un sitio baldío frente a calle Hornillas, a causa de una intoxicación alcohólica y abuso de solventes, estuvo marcada por el maltrato y el sufrimiento.
Su dramática historia da cuenta que fue víctima de abusos sexuales, situación que la llevó a caer en una severa adicción por el alcoholismo y los solventes, que lo empujaron a un verdadero abismo. Dicha condición, sumado al suicidio de su padre, gatillaron que una noche y mientras se encontraba en estado de ebriedad, haya sido violentada sexualmente en la vía pública por algunos adultos. Tenía 13 años cuando quedó embarazada. En abril del año pasado dio a luz a una mujercita y en noviembre de ese mismo año el Juzgado de Familia, a solicitud del Sename, decretó la medida de protección en favor del bebé, lo que obligó a su internación en la Casa de Acogida Ignazio Sibillo. La familia de la menor no habría manifestado interés en asumir la crianza y el cuidado de la recién nacida.
El ataque sexual en contra de esta menor terminó a nivel judicial con un par de personas imputadas.
Igualmente hace poco el Tribunal de Familia decretó la susceptibilidad de adopción de la niñita, sin que al respecto haya existido oposición por parte de la familia de Génesis.
VELATORIO
Los restos de la adolescente están siendo velados en la sede comunitaria de la población Claudio Bustos y sus funerales se realizarán esta tarde en el Cementerio Parque Cruz de Froward luego de una misa en la iglesia Nuestro Señora de Loreto.
Ayer, durante el velatorio, Leonila Rosas nos toma la mano, recibe las condolencias y responde apenas balbuceante a nuestras consultas. “Sí, mi hija ya está descansando”, dice a escasos metros del féretro donde yace la niña de 15 años.
Génesis arrastró una historia dramática de abusos sexuales y adicción por el alcohol y las drogas. - “Sí, mi hija ya está descansando”, dijo ayer madre de la menor hallada muerta
El silencio se yergue sobre la sede vecinal de calle Covadonga con Rómulo Correa. Sólo se ve alterado por un diálogo entre uno de los hermanos de Génesis y de dos amigas, y la salida al umbral de la puerta de la madre.
“Estamos tratando de estar más tranquilos”, señala. Luego, nuevamente cae en el silencio y su mirada parece quedar suspendida en quién sabe qué lugar. Dice que sus hijos están bien, intentando entender lo sucedido, y asiente con un movimiento casi imperceptible cuando se le pregunta por los duros momentos que ha debido enfrentar durante los últimos meses.
“Ella quería recuperarse” y “nosotros hicimos todo lo que estuvo al alcance”, recuerda. Fue el lunes por la tarde cuando despidió a su niña. Había partido cerca de las seis de la tarde para continuar con su tratamiento en el Servicio de Psiquiatría del Hospital Regional. Hacía más de dos meses que era atendida por profesionales de la Salud, en un largo proceso contra su adicción al alcohol y los solventes.
El reencuentro fue inexplicable, desgarrador. Durante la mañana el equipo de Psiquiatría interpuso una denuncia por presunta desgracia. La joven no había llegado hasta el establecimiento.
Un vecino de Leonila Rosas estaba al tanto del hecho y a través de la radio se imponía del hallazgo de una menor en un sitio baldío del pasaje Antonio Maichil. Los minutos se hicieron interminables antes de llegar al sector. A las 12 con 33 minutos, la madre y uno de sus hijos se imponían de la noticia. Era el reencuentro, duro, cruel, en medio de las lágrimas y del dolor de la pérdida. Génesis Mary Sepúlveda Rosas había caído, luchando contra sus fantasmas. Descansaba en paz.
EL RECUERDO DE SUS PROFESORES
Sus profesores de la Escuela Portugal, donde ella estudió, la recuerdan como una niña tranquila, introvertida, que vio alterado sus estudios -séptimo básico- por el nacimiento de su hijo. “Era muy querida y todos en la comunidad educativa del establecimiento le brindaron el apoyo necesario para que saliera adelante”, recuerdan