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Nariño, convulsionada por los anillos izquierdistas

25/11/2019 01:03 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Hay que averiguar bien, desean quebrar las raíces del Estado

La Tecla Fértil

Tanto en Australia, Alemania, España, Suiza y el Reino Unido, los partidos de izquierda locales motivaron a los asistentes al Foro de Sao Paulo a declarar actos emotivos en cualquier lugar estratégico con la participación de estudiantes, y vecinos para que implementen desordenes públicos, según lo acordado en el Foro de Sao Paulo en cualquier lugar.

También se denunciaron actos de brutalidad policial. Diversos medios informan de la golpiza que varios policías le propinaron a una mujer joven en Bogotá hasta dejarla inconsciente. El hecho fue registrado en un video que circula por redes sociales.

 

Sin embargo, la jornada fue en su mayor parte pacífica, algo que reconoció el propio presidente Iván Duque en un discurso televisado a las 10 de la noche hora colombiana. También se presentaron cacerolazos en Medellín, la segunda ciudad en importancia en el país.

 

De hecho, nuevos cacerolazos se están anunciando en diversas ciudades colombianas para exigir medidas concretas del gobierno luego del multitudinario paro. Cuando en los 80 descendieron los precios del petróleo, se produjo el regreso de muchos colombianos. No obstante, la amplia mano de obra calificada que se quedó en ese país, significó un aporte importante para el crecimiento económico de Venezuela.

 

En los 90 se produjo un alto grado de inversión de empresas colombianas en ese país. En 1999, llega Hugo Chávez al poder en Venezuela y, debido a sus políticas sociales, otros millones de colombianos se emigraron a ese territorio, unos huyendo de la violencia, otros, esperando mejores oportunidades.

"Los hechos sucedidos con posterioridad a la marcha son vandalismo puro y no obedecen a una expresión de la voluntad popular", aseguró el presidente.

 

En la capital, donde la jornada terminó con un inédito cacerolazo, durante el día se registraron algunos disturbios tanto en el centro como en el noroeste, donde algunos manifestantes intentaron dirigirse al aeropuerto internacional El Dorado.

 

Otros se produjeron en Cali, donde el alcalde, Maurice Armitage, decretó el toque de queda en la ciudad a partir de las 7 de la noche de este jueves tras los actos vandálicos registrados en varios puntos de la ciudad.

 

Cuando en los 80 descendieron los precios del petróleo, se produjo el regreso de muchos colombianos. No obstante, la amplia mano de obra calificada que se quedó en ese país, significó un aporte importante para el crecimiento económico de Venezuela.

En los 90 se produjo un alto grado de inversión de empresas colombianas en ese país. En 1999, llega Hugo Chávez al poder en Venezuela y, debido a sus políticas sociales, otros millones de colombianos se emigraron a ese territorio, unos huyendo de la violencia, otros, esperando mejores oportunidades. Antes de abordar el asunto de la migración de ciudadanos venezolanos a Colombia, es pertinente revisar la historia de la migración entre los dos países. Al contrario de lo ocurrido en los últimos años, Venezuela no ha sido un país con historia migrante. Colombia, por su parte, debido a múltiples factores económicos, políticos y de seguridad, se cuenta como uno de los que ha tenido mayores flujos migratorios a Europa, Estados Unidos e, inclusive, a Venezuela.

Desde los años 50 y 60, muchos colombianos, debido al auge de los combustibles fósiles, se fueron a Venezuela; pero, la verdadera bonanza petrolera de los años 70, llevaría a millones de colombianos a ese país que garantizaba mejores condiciones de vida en cuanto a alimentación, educación, salud y vivienda.

Antes de abordar el asunto de la migración de ciudadanos venezolanos a Colombia, es pertinente revisar la historia de la migración entre los dos países. Al contrario de lo ocurrido en los últimos años, Venezuela no ha sido un país con historia migrante. Colombia, por su parte, debido a múltiples factores económicos, políticos y de seguridad, se cuenta como uno de los que ha tenido mayores flujos migratorios a Europa, Estados Unidos e, inclusive, a Venezuela.

Duque debe revisar quien entra y quien sale

 

Sin importar el conflicto, la difícil situación ni que supuestamente el Estado sea el que tenga la obligación de dar soluciones, estos apóstoles, bajo diversas modalidades de ayuda -que van desde donar una parte de su tiempo, enseñar y ser voluntarios hasta dar una parte de sus ingresos, entre otros-, decidieron dejar a un lado la indiferencia y se comprometieron a aportar su grano de arena para construir un mejor país.

La gran mayoría no lo hace por compasión ni por buscar exenciones o beneficios tributarios. Lo hace convencida de que son los ciudadanos y las empresas, muchas veces en unión con el Estado, los que pueden cambiar la realidad. Estos son los nuevos filántropos, los nuevos empresarios sociales, que invierten una parte importante de sus recursos en mejorar la vida de sus trabajadores y sus comunidades.

La filantropía y la responsabilidad social han sido términos y conductas muy conocidas en Colombia desde hace muchas décadas. De hecho, existen claras muestras en la Colombia del siglo XIX como, por ejemplo, la creación de hospitales y entidades de sanidad destinadas a ayudar a los enfermos desamparados, pero el grueso de la población se marginó de esta actividad, dejándola en manos de las personas de buen corazón.

En el siglo pasado los esfuerzos importantes de la Fundación Social, que empezó hace 90 años, o de fundaciones como Carvajal, Corona, Mario Santo Domingo, o de instituciones sin ánimo de lucro han hecho que el tercer sector de Colombia -como se conoce a todas estas fundaciones, ONG y entidades sin ánimo de lucro- uno de los más importantes de la región, se haya desarrollado más en cantidad y en calidad que en otros países de América Latina con igual o mayor desarrollo económico.

No obstante, este desarrollo relativo la filantropía y la responsabilidad social no han sido comportamientos generalizados entre los estratos más favorecidos, especialmente entre las generaciones más jóvenes. En verdad, hasta hace poco eran limitados los casos en los cuales profesionales y empresarios jóvenes (menores de 40 años) se involucraban en ayudar a los demás. En años recientes se ha observado una revolución silenciosa. El nivel de conciencia social se ha incrementado sustancialmente y, poco a poco, también el de participación. Como lo advierte un importante ejecutivo que ayuda al tercer sector, esto se debe "quizá por la necesidad de defender el país en el cual estos colombianos piensan vivir, con sus hijos y, posteriormente, con sus nietos, y ante la angustia de ser espectadores pasivos de una guerra ilógica, muchos hoy están buscando formas de involucrarse socialmente y de aportar su grano de arena para que Colombia cambie y sea más justo".

Este renacer del trabajo en el tercer sector también ha estado motivado por el vacío institucional y el relativo abandono del Estado frente al tema de asistencia social, funciones que antes estaban relegadas a la Iglesia y a las almas caritativas.

Esta nueva generación de colombianos emprendedores proviene de todos los estratos y regiones del país y sólo los une el deseo de permanencia en una Colombia en la cual puedan trabajar, progresar y sentar bases sólidas a largo plazo.

Como lo advierte Rodrigo Villar, investigador de Harvard y uno de los mayores expertos en el tema en Colombia, el tercer sector será cada vez más importante. No sólo porque ya representa más del 2, 5 por ciento del PIB y genera más de 700.000 empleos, sin contar los voluntarios, sino porque cada vez están canalizando más acciones y recursos del Estado y la empresa privada. Un ejemplo de lo que se puede hacer cuando estos sectores y la comunidad se juntan para trabajar por un objetivo común fue la reconstrucción del Eje Cafetero después del terremoto de 1999.

La situación de miseria, inequidad y conflicto que se vive requiere la participación de todos. Es el momento de dejar de esperar una respuesta del Estado sin hacer nada, casi como el coronel del libro de Gabriel García Márquez que se quedó esperando todas las semanas una carta en la que el Estado le confirmara su derecho a pensionarse, y dar algo para ayudar a construir el país. Es hora de que todos se pregunten lo que pueden hacer por Colombia, que entiendan que el tener derechos también implica deberes. Que la mejor forma de hacerlo es asumiendo sus obligaciones y que no es necesario esperar hasta ganarse los más de 25.000 millones del Baloto para comenzar a ayudar.

*Escrito por Emiro Vera Suárez, Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajo en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 


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Emiro Vera Suárez (2291 noticias)
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