Un ataque de hombres armados contra una comisaría dejó al menos diez muertos, tres de ellos civiles, este lunes en India cerca de la inestable frontera con Pakistán, anunció la policía local.

Además, tres de los agresores resultaron muertos en el enfrentamiento con las fuerzas de seguridad, que comenzó temprano en la mañana, aterrorizando a la población.

Cuatro oficiales de la policía, incluido el jefe local, murieron en este ataque en el norteño estado del Punjab, tradicionalmente una región calma.

"El jefe de policía luchó con bravura pero lamentablemente recibió un disparo en la cabeza y murió", dijo Anand Kumar, miembro de las fuerzas especiales que ingresaron al edificio.

El ataque, que duró varias horas, también causó varios heridos, según un portavoz de la policía local. Los asaltantes se atrincheraron en las viviendas de los policías en la comisaría, y "abrieron fuego sin interrupción", había dicho el comisario adjunto Abhinav Trikha.

"Hay entre tres y cuatro asaltantes. Llevaban uniformes del ejército", había explicado el responsable.

Medios locales aseguraron que, antes de atacar el edificio, los hombres armados habían disparado contra un autobús y amenazado a un automovilista para robarle su coche.

Cerca del lugar de los hechos, se hallaron cinco bombas en una vía de tren.

- Problema nacional -

El ministro del Interior, Rajnath Singh, ordenó reforzar las medidas de seguridad en la frontera con Pakistán.

Algunos medios avanzan la hipótesis de que los asaltantes entraron al Punjab desde Cachemira.

"Este activismo es un problema nacional, no un problema de Estado, así que es necesario que sea abordado con una política nacional", declaró a los periodistas.

Este tipo de ataques son bastante frecuentes y la policía suele ser objetivo de los insurgentes en la vecina región de Cachemira, que fue dividida en 1947 entre India y Pakistán.

Pero lo son menos en el vecino estado del Punjab, cuya mayoría de la población es Sij, y donde no se producen conflictos desde hace más de una década.

El ataque del lunes tuvo lugar semanas después de que el primer ministro indio, Nerendra Modi, y su homólogo paquistaní, Nawaz Sharif, tuvieran un encuentro de una hora en una cumbre en Rusia.

La cita generó esperanzas de una mejora en las difíciles relaciones entre ambos países, pero se vio ensombrecida por un brote de violencias a lo largo de la frontera de Chachemira.

India acusa regularmente al ejército de Pakistán de proporcionar cobertura a los rebeldes que cruzan la frontera y provocan ataques en el lado indio de Cachemira.