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Cuando nos fijamos en Marte vemos un mundo árido, un desierto yermo sin agua en su superficie. Una de las teorías que señalan a la posible causa del estado actual de este planeta es la pérdida del campo magnético global.
Pero esto no solo podría haber ocurrido en el planeta rojo, algunos de los exoplanetas que actualmente consideramos como potencialmente habitables podrían haber perdido también su blindaje magnético, dejando su superficie expuesta a la dañina radiación procedente de su estrella.
Para que la vida tal y como la conocemos pueda prosperar en otros mundos, estos deben tener densas atmosferas y una buena cantidad de agua en la superficie. Estas son las condiciones en las que se fijan los astrobiologos y para ello los mundos han de encontrarse en la región apropiada de su estrella, ni muy lejos ni muy cerca de su sol.
Pero para que la vida sobreviva no solo es necesario la presencia de agua y una atmosfera, y los lejanos mundos podrían perder este preciado liquido al enfrentarse a los vientos solares si no poseen un fuerte campo magnético.
En nuestro sistema solar tenemos dos claros ejemplos, Venus y Marte no tienen una magnetosfera global, pero mientras que Marte perdió la mayor parte de su atmosfera arrancada por los vientos solares, la atmosfera venusiana está formada por dióxido de carbono, haciéndola completamente toxica.
De esta forma, parece absolutamente necesario la presencia de un campo magnético global similar al terrestre para que la vida prospere a refugio de la dañina radiación estelar.
La presencia de un núcleo fundido en el interior de un planeta es el responsable de la generación de creación un campo magnético, de esta forma, Jorge Zuluaga, de la Universidad de Antioquia en Colombia y sus colegas han calculado cuánto tiempo sería necesario para enfriar el núcleo de un planeta hasta alcanzar temperaturas que imperarían que esta dínamo magnética funcionase.
A modo de ejemplo, extrapolaron estos datos a tres exoplanetas conocidos y potencialmente habitables, tres super-tierras conocidas como Gliese 581d, HD 40307g y GJ 667Cc.
Asumiendo una composición similar a la Tierra, se encontró que las dínamos de estos planetas están ya extintas o cerca de detenerse.
Mientras GL 581d es el mundo que posee mejor protección, no pudieron estimar con fiabilidad el campo magnético de HD 40307g. Pero el caso más dramático es el de GJ 667Cc, incluso en las condiciones más optimistas, este lejano planeta parece estar gravemente expuesto al viento estelar y, en las condiciones de este modelo, probablemente ha sufrido enormes pérdidas atmosféricas, lo que habría condenado a la extinción de cualquier forma de vida.
De esta manera, Zuluaga hace hincapié en la importancia de considerar los campos magnéticos cuando pensamos en las posibilidades de si un planeta podría ser el hogar de vida alienígena. ‘Si queremos evaluar lo mejor posible las condiciones de habitabilidad de un planeta, es necesario tener más información, no sólo la distancia a la estrella.’
Diario Referencia: arxiv.org/abs/1304.2909
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