La vida para muchos seres humanos ha sido desde sus inicios fuerte, para otros no; un claro ejemplo de esto ha sido Emil Zápotek quíen inició a sus 18 años a correr y aunque siendo de una familia algo modesta buscó la manera de ser reconocido a través del deporte. El atletismo se caracteríza por ser uno de los deportes más exigentes en el mundo y a pesar que él no poseía gran velocidad para lograr ser conocido en los remates, se inventó maneras diversas para lograr que sus oponentes no lograsen ganarle. Fue mediante cambios de ritmo que éste personaje conquistó sus hazañas y de esta misma manera ir batiendo records en modalidades tales como 5000, 10000 mts; así como lograr ganar un Maratón. No obstante, es importante aclarar que esto ocurrió durante la Segunda guerra mundial, precisamente cuando Emil estaba incorporado en el ejercito Checoslovaco. Era increible como debía entrenar encontra jornada y hasta bajo la nieve en muchas  ocasiones. Aquí fue el secreto de su vida deportiva y militar, entre las 24 horas en total movimiento apesar que podía elegir no pertenecer al mismo ejército e inclusive no desgastar su vida en un deporte, sabiendo que en su casa tenía posibilidades significativas. 

Como el señor Emil se comportó durante su vida, llena de disciplina  y grandes resultados, muchos seres humanos han tomado ese nivel de responsabilidad a la hora de salir adelante y mostrar resultados esperanzadores. Para no irnos lejos, muchos Latinos buscan la manera de lograr mejorar su economía emigrando hacía otros países, siendo estos algunos  logrando el record personal (llegar y conseguir un empleo), otros no tanto; mueren o se regresan deportados. 

El ciudadano a lo Zápotek

Latinoamerica se ha caraterízado porque su población sea un Emil Zápotek, donde mediante la valentía, la disciplina logran salir adelante a pesar de las imprefecciones que los mismos comportamientos sociales les han heredado. No solo van a la carrera, rápida, sino que por el contrario,   hallan la manera de hacerle cambio de ritmo a las mismas situaciones y  sea esta  el resultado final de muchos atardeceres felices. 

Solo esperemos que el mundo siga triunfando desde la analogía tomada con la vida de  Emil Zápotek; no fijándose en lo que poseemos, sino en aquello que podemos lograr.