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Memorias de mi segundo amor: Una lección de salud mental

15/08/2022 21:50 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Esta historia, mi historia, comenzó a mediados de 2018 y culminó en Abril de 2019, pero no fue sino hasta el 18 de Octubre del año pasado que pude escribir acerca de lo que viví y aprendí de ella. Mi proceso de reconstrucción fue bastante largo, pero todo ha valido la pena

Cuando las personas ven o escuchan cosas acerca de la salud mental suelen reírse irónicamente, burlarse o simplemente ignoran el tema.

Yo era de las personas que la ignoraba y pensaba que con un simple "no pienses en eso" todo se arreglaba.

Actué de esta manera hasta que este problema tocó a mi puerta dos veces, pero la segunda vez marcó un antes y un después en mi vida. Suena dramático, pero así fue. No soy la misma persona que era hace 2 años.

Siempre me hice la pregunta "¿Realmente me quiero a mí misma? ¿Me doy a respetar?... ¿Sé lo que valgo? “La realidad es que no me sentía nada segura al responder y luego decía "bueno, supongo que en algún momento lo sabré… Sabré qué es lo que quieren decir con eso y lo que significa tener tu propio espacio para renovarte por dentro" Y sí lo llegué a saber, a entender y a sentir. Una persona que amé hasta los huesos me dio una clase acerca de eso por varios meses (casi 1 año) y créanme, fue como una especie de curso intensivo donde cada día le encontraba finalmente una respuesta a estas preguntas y más…

Amar a alguien con un problema de salud mental es una de las mejores cosas que puede ocurrirte, al menos los primeros 3 meses, porque ellos te ven como una luz al final del túnel. ¿Cuántos no quieren ser luz en la vida de alguien? Esto me hacía sentir especial y era lo que siempre había soñado vivir y encontrar. Trascurrido ese tiempo, se convirtió en algo agotador… Era como estar en prisión. Vivía con miedo e incertidumbre porque no sabía lo que podía pasar al día siguiente.

Prácticamente ninguno de mis amigos sabía acerca de esto, más que nada por el famoso qué dirán porque la salud mental todavía es un tabú o está muy mal vista o porque muy en el fondo sabía lo que me iban a decir "¡déjalo! ¡No sirve! “Créeme que siempre, siempre sabes cuando algo no está bien. No hay nada que engañe al corazón, pero aun sabiéndolo No lo quieres aceptar, porque cuando estás enamorado es como estar ciego y sordo, y nada vale más que lo que tú sientas.

Los días pasaban y veía cómo mi energía se desgastaba más y más, al punto de que me di cuenta que estar con una persona con trastorno depresivo estaba afectando todos los aspectos de mi vida. En el trabajo vivía preocupada, ansiosa y a veces lloraba… No tenía el mismo entusiasmo de antes. Muchos lo notaban, pero no me importaba… No me importaba nadie más que él y su vida. Si ya es duro lidiar con tu vida y tus problemas, imagínate agregarle a eso la vida y los problemas de otro…. ¡Un completo desastre! Y es aquí donde aprendí dos lecciones:

1)      Si hay personas que en lugar de sumarte, te restan, debes alejarte de allí. ¡Tus sentimientos valen! ¡Y mucho!

La idea es que cuando tienes pareja, ambos se motiven a crecer y no lo contrario. Si estás en una situación así, lo recomendable es que te hagas un favor y sigas con tu vida. Te aseguro que encontrarás a alguien mejor o algo mejor. No todo lo mejor tiene que venir en forma de persona, recuérdalo siempre

2)      Si tu salud mental peligra y ves que tu pareja no tiene deseo alguno de tratar su enfermedad para mejorar, debes irte de allí.

Cuando tienes pareja sueles pasar más tiempo con él/ella que con cualquier otra persona, y generalmente a ambos se les "pegan hábitos" del otro. Así que, si tu pareja sufre problemas de salud mental, esto también te afecta.

Es importante que ambos busquen a un profesional si de verdad quieren sacar su relación adelante. Pero si esto no resulta, no hay nada que hacer, y no hay nada que Tú puedas hacer. No eres doctor para curar a tu pareja, no eres Dios para hacer un milagro. Tal y como te comenté antes, y aunque sea muy difícil de entender, cada persona es un universo de problemas. El que se encuentren en una relación no los convierte en uno, siguen siendo dos. Lo que los une es que comparten el mismo camino. Por lo que cada quien debe ocuparse de su vida, de su felicidad, de su bienestar y no ser una carga para el otro. Si esto no es así en tu relación actual, aunque duela, debes dejarlo ir o sino tú también te terminarás enfermando

 Dichas estas dos lecciones, continúo con esta historia…

Había días en los que todo era perfecto. No había bajones de estado de ánimo, era como un sueño, y era por días como estos que decidía seguir allí para él. Después seguía el periodo donde todo era negro a sus ojos, hacía caso omiso a los colores y era demasiado difícil y doloroso ver a alguien que amas en una situación así. Temes por su vida, te da miedo no verlo al día siguiente y comienzas a estar más pendiente de él que antes, tratando de ver lo que puedes hacer para mejorar aunque sea un poco su situación.

Eso sí, los días negros eran los que determinaban el estatus de nuestra relación. Rompimos más de 3 veces, y siempre volvíamos… Fue la relación más tóxica e inestable que he tenido, y sin duda será la última, y digo la última porque cuando atraviesas por cosas tan fuertes como esta, finalmente terminas aprendiendo el significado del "¡Ya basta!” Eso sí, cada quien a su manera… Cada quien a su tiempo.

 En esta sección de la historia también aprendí lecciones, aunque solo fue una, pero en extremo valiosa:

1)      No puedes estar con alguien solo por los buenos momentos que pasan. No puedes alimentarte de los buenos recuerdos para seguir con alguien… Recuerdos son recuerdos, no es la realidad.

Cuando estás con alguien depresivo sueles decir "tuvo un mal día, por eso cortamos… Pero él realmente me quiere y lo sé por los lindos momentos que hemos pasado juntos" No, no es así… ¡Tú no eres un juguete! No es sano que regreses siempre que te lo pidan. Eres un ser humano y no te puedes permitir, ni siquiera porque la otra persona sufra problemas de salud mental, que haga lo que quiera contigo. No, no y ¡no! ¡No es justo! Tú vales, ¡y mucho! Incluso por todo lo que sientes. Así que, por lo que más quieras, ¡date tu lugar! No regreses al lugar que te hace sufrir… No regreses al lugar que te hace creer que no vales nada.

"No puedes estar con alguien solo por los buenos momentos que pasan. No puedes alimentarte de los buenos recuerdos para seguir con alguien… Recuerdos son recuerdos, no es la realidad."

Finalmente, llegué a mi última etapa, a eso que llaman punto de quiebre.

A veces ya no sentía nada, todo me daba igual, incluso él. Creo que ya estaba tan cansada de todo que cuando no nos veíamos, me sentía feliz… Incluso, sentía felicidad si no sabía nada de él por varios días (Generalmente cuando una persona sufre de un trastorno depresivo y tiene un episodio, le cuesta escribir un mensaje o hablar con otros. Todo lo que quiere es dormir… Les da igual todo, inclusive sus familiares, sus amigos y su pareja). Los días sin él sabían a libertad, y después de tiempo comencé a sentir la necesidad de reconectar conmigo, recordar mis sueños y metas. Aunque esta sensación era momentánea, cada vez que se hacía presente, la valoraba. No se imaginan cuánto lo hacía… ¡Deseaba que nunca terminara! Hablaba nuevamente con mis amigos, sentía que tenía una vida y que todo estaba bien… Sentía que recuperaba un poco de mí.

Sin embargo, tal y como lo dije anteriormente, esta sensación fue un momento… Un momento que terminaba cuando llegaba su llamada o mensaje pidiéndome que regresara… Y aunque estaba cansada, decidí continuar una vez más.

Todo siguió igual. Mejoró un poco, pero era la misma historia… Solo cambiaban algunas palabras y signos de puntuación o exclamación. Aun así no tenía corazón para terminar la relación de manera definitiva… ¡No podía! Prefería mil veces que lo hiciera él mismo, aunque en internet decía que un depresivo nunca suele tomar buenas decisiones por sí solo, precisamente porque es mentalmente inestable… Yo rogaba que sucediera. Pedía que aunque fuera por una vez, él tomara la decisión correcta.

Un día me invitó a su casa. Había plantado una semilla de árbol de cerezo… ¡Era mi favorito! Quería que lo viera, así que acepté, aunque por dentro sentía que había algo extraño.

Recuerdo que después de ver la semilla nos sentamos a hablar. Lloramos… Finalmente me estaba dejando ir. Esta vez todo fue diferente porque de mi boca ya no salieron palabras… Estaba cansada.

En ese momento sentí paz. Mi corazón estaba tranquilo… Me dejó en mi casa, nos despedimos y, ¿recuerdan cuando les dije que no hay nada que el corazón no sepa? Pues el mío sabía que ese adiós era el último, y efectivamente así fue.

En esta última parte de este capítulo de mi vida, aprendí dos lecciones más:

1)      ¡Ámate siempre! Elígete a ti antes que a cualquier otra persona o cosa. Siempre vas a tener una relación contigo y debes mantener esa relación ya sea que estés soltera o casada.

Dedicarte tiempo no es un pecado. Quien realmente te aprecia y quiere entenderá cuando le digas "hoy me quiero dedicarme a mí y a mis proyectos", es tu derecho desde el día en que naciste, y por si lo olvidaste, te lo recuerdo con cariño.

A veces solo necesitamos desconectarnos de todo y de todos para volver a encontrarnos. No es fácil reencontrarse luego de haber pasado por experiencias complicadas y tóxicas como la mía pero, ¡si se puede! Solo debes reordenar tus piezas con paciencia y sobretodo con gentileza… Desde ese momento, ya no eres el mismo, ¡te conviertes en alguien mejor! Yo por ejemplo, ya no soy la misma y me alegra decirlo… ¡He mejorado muchísimo! Y es por eso que le agradezco a la vida esta experiencia que me enseñó tanto

2)      ¡La salud mental No es un Juego!

Esta experiencia me lo enseñó como nunca lo imaginé. Estuve en riesgo y no me di cuenta de la magnitud hasta el final de la historia con mi segundo amor.

Ojalá existieran más artículos o páginas que ayuden a entender lo que es un trastorno depresivo y otros problemas de salud mental, y también más páginas/documentales/artículos/entrevistas que hablen de lo importante que es preservar nuestro bienestar emocional. ¿Sabes por qué digo esto? Porque más temprano que tarde los problemas de salud mental se convertirán en la primera causa de muerte a nivel mundial. Saber esto me eriza la piel.

Si pasaste por una experiencia similar a la mía o conoces a alguien que actualmente esté en esta situación, no le des la espalda, escúchala y recomiéndale que acuda a un psiquiatra. Aunque créeme que con tal solo escuchar, ya estás haciendo bastante.

Hasta hace poco, muchos no sabían esta parte de mi vida, o en su defecto, no sabían los motivos reales de ciertos comportamientos que tuve en ese entonces... Pero ahora que ya saben lo que pasó, de corazón espero que puedan sentir y reflexionar cada palabra, y aprender de este pedacito de mí para tener una mejor calidad de vida.


Sobre esta noticia

Autor:
Kei Moreno (1 noticias)
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Tipo:
Opinión
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