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La autoestima es uno de los indicadores de cuán saludable estás mentalmente. Es como la batería de tu móvil; puede estar cargada en un momento y en el otro estar en baja.¿Sabes qué hacer para mantener la batería de tu autoestima siempre cargada? Aquí te lo explico
Uno de los indicadores esenciales para medir cuán saludable estás mentalmente es el grado en el que te gustas.
Eso se llama autoestima y no hay nada más parecido a ella que la batería de un móvil.
¿Por qué?
Porque, como la batería, puede ser que ahora la tengas completamente cargada y te quieras comer al mundo y pasado un corto tiempo la tengas tan baja que sientas que eres comido por él.
¿Sabes qué hacer para mantener la batería de tu autoestima siempre cargada?
Aquí te lo explico.
Ante todo, debo aclararte que no pretendo hacer una disquisición teórica acerca de la autoestima.
Para profundizar en este tema te recomiendo el libro de Nathaniel Branden; "Cómo mejorar su autoestima"
En lo que sí quiero detenerme es en uno de los elementos claves que giran alrededor de esta parte de nuestra subjetividad.
Al igual que el autoconcepto, el Autoenjuciamiento es uno de los componentes de los cuales se nutre la autoestima.
¿Qué es el Autoenjuciamiento?
Es la capacidad que tiene la mente de emitir juicios sobre uno mismo.
¿Por qué necesitamos auto enjuiciarnos?
Porque la vida la concebimos en materia de triunfos y fracasos.
Todo el mundo quiere ser un triunfador en la vida y para eso se necesita hacer determinados esfuerzos.
Por eso siempre vas a tener la tendencia a emitir una valoración, un juicio; de hasta dónde los esfuerzos que has hecho y estás haciendo te han conducido al éxito o al fracaso.
Pero el éxito o el fracaso; ¿en relación a qué?
Es ahí donde está la trampa del auto enjuiciamiento.
Para que puedas entender mejor tienes que comprender dónde es que se origina todo este proceso.
Desde que naces te educan en la necesidad que debes ser un triunfador, que tienes que trazarte metas e ir tras ellas contra viento y marea y que el logro de esas metas es una señal de que no eres un perdedor, sino un vencedor en la Vida.
Así, sin darte cuenta, se va conformando una relación muy extraña entre el concepto que tienes de ti mismo, (el concepto de quién eres) y los premios y decepciones que has tenido.
No te das cuenta que sobre la base de los juicios que emites acerca de tus conquistas y tus derrotas, al final, está el enjuiciamiento de lo que eres, como si ellos determinaran tu esencia.
Empiezas a confundirte porque igualas el juicio de lo que eres con el juicio de lo que has, o no has obtenido.
De esta manera te engañas, ya que sin importar lo que obtengas siempre te parecerá que te falta algo para poder completarte y ser tú mismo pues los deseos y las metas son infinitas.
Cuando esto ocurre ya estás girando dentro del círculo eterno de la no aceptación hasta que logres conseguir lo que te has propuesto, y así hasta la próxima meta.
Esto se traduce en tu interior en una permanentemente sensación de: “Aún no lo he conseguido, todavía me falta, tengo que seguir luchando, no puedo rendirme porque si no dejo de ser”.
Y la pregunta es: Aun no has conseguido; ¿qué?
Comprende que con ese tipo permanente de sensación la autocrítica no se marcha y lo más lamentable del caso es que el problema se va agudizando mientras más adulto te haces.
¿Por qué?
Porque ya en esta etapa, por una parte, te has convertido en todo un experto en el arte del Autoenjuciamiento y por la otra, sientes que la vida se te empieza a escurrir entre la búsqueda de victorias y el rechazo de las derrotas.
¿Estás disfrutando la Vida o estás distraído en el juego de enjuiciarte por tus triunfos y decepciones?
Como ves, un problema que comenzó con las valoraciones que emitías sobre tus éxitos y fracasos se convierte en la aceptación o no aceptación de lo que eres.
En otras palabras; que se te hace muy difícil gustarte a ti mismo.
El mundo entero puede decir que eres fantástico, pero al final eres tú el que puedes no asimilarlo y auto-acusarte.
Hasta puedes disfrazar tu no aceptación con una exagerada autosuficiencia, pero internamente seguirás pensando que el mundo no te conoce y que andas en él como si estuvieras disfrazado.
No llegas a entender que todo comenzó con el Autoenjuciamiento y que después se transformó en un falso sentido que tienes sobre ti y sobre cómo debes vivir la Vida.
¿Cómo evitar la trampa del Autoenjuciamiento?
Comprendiendo y sintiendo profundamente que ningún concepto que emitas en relación a ti puede atrapar lo que realmente eres.
Eres vida y a la vida no le importa los éxitos y los fracasos, sino el ser vivida porque ambos están hechos del mismo tejido.
He conocido a todo tipo de personas; los que alardean de sus triunfos y los que se lamentan de sus fiascos, pero lo cierto es que cuando escarbas tienen algo en común: No han sabido cómo disfrutar el vivir.
Tú, ¿estás disfrutando la Vida o estás distraído en el juego de enjuiciarte por tus triunfos y decepciones?
Ten presente el conocido proverbio que dice que al final, después del juego, el rey y el peón tienen que dormir en una misma caja.
(¡Y cuidado, porque si sabes jugar bien el juego de la Vida un peón se puede convertir en rey!)
Por eso lo esencial no es lo que obtienes o dejas de obtener, sino el amor y la pasión que despliegues en el simple hecho de vivir.
¡Ese es el verdadero triunfo sin importar si eres peón o rey!
Esa debe ser la base sobre la cual construyas tu autoestima y no el Autoenjuciamiento.
Te confieso algo:
Una vez me enviaron un vídeo con esta nota: “Para que te rías”.
Cuando lo vi me di cuenta que este hombre indigente que aparece en la grabación y que puede ser tildado de loco, en realidad dice las cosas más sensatas y sabias que he oído sobre el cómo vivir.
Después me pregunté: ¿Será que para vivir de verdad hay que pasar por loco en este mundo?
Permite que termine reproduciendo una parte de una sabia reflexión que pertenece a ese cómico de todos los tiempos; Charles Chaplin.
"Cuando me amé de verdad comprendí que, en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta y en el momento exacto, entonces pude relajarme. Hoy sé que eso tiene un nombre… Autoestima
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente y comencé a aceptar todo lo que acontece y contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… Madurez
Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé que eso se llama… Simplicidad
Cuando me amé de verdad, desistí de quedarme reviviendo el pasado y preocupándome por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… Plenitud"
Eso es, precisamente, lo que más deseo para ti: ¡QUÉ SIENTAS PLENITUD EN EL VIVIR!
El punto final de este artículo lo coloco sobre esta petición:
Por favor, comparte esta información lo más que puedas porque sé de muchas personas que sufren debido al Autoenjuciamiento.
Ningún concepto que emitas en relación a ti puede atrapar lo que realmente eres
MUCHAS GRACIAS.