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Diseñador del Municipal se ha encargado de los casi 140 trajes de época hechos a la medida y cortados según se hacía en 1880. La nueva teleserie nocturna de TVN tiene a las actrices con corsé, polisón y zapatos hechos a mano
Después de años de trayectoria diseñando el vestuario de óperas y obras teatrales insignes, Germán Droghetti se asomó por primera vez a la televisión. Y lo hizo con un enorme desafío: la teleserie nocturna “Conde Vrolok”, que se estrena en TVN sucediendo el impacto que en el mismo horario ha generado “¿Dónde está Elisa?”, se ambienta en 1880 en Santa Bárbara, un apacible pueblo de campo chileno.
Droghetti estuvo a cargo del diseño de los trajes de la versión en ballet de “El Quijote”, la versión flamenca de “Carmen”, “La traviata” de Verdi, la ópera “Don Giovanni” y “El barbero de Sevilla”. Pasar a pantalla chica fue un gran cambio: “Al principio fue muy difícil porque estoy acostumbrado a trabajar a 8 metros del público en el teatro. Aquí la cámara es la peor acusadora porque recorre, hace un paneo, por el tipo de bordado, el encaje, etc.”, cuenta.
La producción de la teleserie lleva hasta ahora casi 140 trajes confeccionados. Alrededor de 12 para cada uno de los personajes principales y siempre contando con los accesorios específicos para cada tenida: sombrillas, sombreros, zapatos. Se trata, de acuerdo al canal, de la mayor apuesta en vestuario realizada en teleseries de ese horario.
Droghetti admite que, más que un tema de enorme presupuesto, se trató de un cuidadoso ejercicio de confección: “Es más imaginación que plata. Ocupamos terciopelo en retazos, raso, encajes. Pero todo normal, no es chantún de seda”. El reto ha sido “lograr cortar como se cortaba en la época, por pieza; las mangas tenían forma, eso se cuidó... Se hacen patrones de cada traje, cada una tiene su corsé... Debajo tienen barba, que no permite arrugas”.
Después de años de trayectoria diseñando el vestuario de óperas y obras teatrales insignes, Germán Droghetti
La concepción del estilo de cada personaje tomó cerca de un mes. Cuenta que para Domingo Vrolok (Alvaro Rudolphy) “me preocupé de que se viera elegante, seco, serio. Es una figura más bien estática. El no tienes botas. Si llegara a montar, lo haría con traje. Viene de la ciudad... con la influencia de Europa”.
Mientras explica con orgullo y detalle su trabajo, Luz Valdivieso, que encarna a una mujer de mundo que viene a desafiar las convenciones del pueblo, explica que los trajes de su personaje Montserrat han sido clave para la interpretación: “Uno también se arma mucho con el vestuario porque te da una manera de sentarte, de pararte. Yo no puedo sentarme agachada... Mis zapatos son mandados a hacer a mano. Mi vestido tiene polisón, que es este poto que sale para atrás. Uso falso y corsé. Los trajes de día pesan una enormidad. Es más cansador físicamente, pero es un aporte”.
Hacer una teleserie de época constituía un viejo anhelo para la actriz, que dice que ésta era en particular su favorita, precisamente por los trajes y que después de dos meses de grabaciones se siente terrible en jeans y zapatillas. “Me dan ganas de irme a mi casa así”, dice enfundada en un vestido burdeos, al tiempo que confiesa que su favorito es el que ocupa en el primer capítulo, cuando llega al pueblo luciendo terciopelo rojo.