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La carrera hacia el Oscar de la mejor película en lengua extranjera es uno de los apartados más apasionante de los premios americanos. Las seleccionadas del año, en esta edición, 85, muestran la variedad e inquietudes de las cinematografías del mundo entero.En una cosecha sin claras favoritas, pese a la presencia de la alemana, Toni Erdmann, de Maren Ade; Sólo el fin del mundo, de Xavier Dolan; Elle, de Paul Verhoeven, o por supuesto, nuestra Julieta, de Pedro Almodóvar... la lucha será sin cuartel. Aún con todo, a falta de ver una veinte de ellas, la danesa Land of Mine se anuncia como una baza muy potente y puede convertirse en la favorita, entre las 5 finalistas que se anunciarán el 24 de enero. Hablaremos de las otras, más adelante.
El público del visionario festival de Gijón (creo que el primero o uno de los primeros en presentarla) le otorgó sus favores ya en 2015 y puede que los académicos decidan lo mismo dentro de un par de meses. Tanto por su historia, sus interpretaciones, fotografía y la sentida emoción que desprende y suscita, Land of mine es, en todo caso, una de las mejores películas del año.
Un episodio obscuro de la reciente historia europeo retratado con una sutilidad e fascinante inteligencia. Al final de la segunda guerra mundial, los soldados daneses deciden que sus prisioneros alemanes desactiven los millones de minas que habían instalado en sus costas, pensando que el desembarco aliado se realizaría en su país.
Pese a que la guerra se ha terminado, un grupo de adolescentes es el encargado de esta peligrosa misión que no deja un segundo de suspense al espectador. Un inmenso campo de minas a punto de estallar en las manos de unos jóvenes, que sólo piensan en volver a su país y rehacer su vida, motivados por la promesa de que serán liberados una vez que acaben con las minas de una playa inmensa.
El inspirado cineasta Martin Zandvliet equilibra la permanente tensión con un sublime trabajo de fotografía, unos paisajes iluminados con maestría y que aportan un tanto de (falsa) serenidad a un trabajo forzado y suicida. La película muestra más que denuncia, interroga más que responde a las preguntas que se pueden plantear, y no esquiva la violencia de la situación.
Land of mine es un puro momento de inspiración. Sobria, potente e impresionante. Una de esas películas que no se olvidan fácilmente. Con unos jóvenes actores realmente impresionantes con los que es imposible no identificarse. Un campo de minas europeo que parece que nunca volverá a ser un lugar seguro.