¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Ordos escriba una noticia?
El origen del nazismo se produce al calor del nacionalismo y la agitación frente al miedo al comunismo, acompañado del desprecio a los emigrantes gitanos y judíos, en defensa de la pureza de una supuesta raza superior
Para que todo esto tuviera cuerpo y respaldo de las masas, se prestaron una legión de intelectuales europeos de toda condición y pelaje a la hora de buscar argumentos y razones que dieran paso al miedo, el odio y la justificación de una intervención autoritaria que hiciera frente a estos males.
El papel que jugaron los intelectuales de entonces fue realmente tímido y discreto en comparación con el papel que juegan hoy día miles de ellos y de los llamados “influencers” o “Gurús” de las redes sociales.
Acampan en las orillas de enfrente, son de izquierda radical y de derecha camuflada de inconformismo, transversalismo o cualquier snobismo fácil de pasar de contrabando como geniales y originales ideas.
Y esto se debe en gran medida al clientelismos de las élites, compradas de forma sistemática por las oligarquías dominantes y sus grandes medios de comunicación, lisonjeadas con premios y condecoraciones.
En España, un buen ejemplo de ello, es la figura de Mario Vargas Llosa, un socialdemócrata en su juventud, que con el paso del tiempo fue escalando posiciones hasta encumbrarse como “Alma Mater” de la intelectualidad y lograr que lo auparan hasta el Premio Nobel.
Y es desde esos púlpitos, desde donde se pregona el nuevo evangelio del neo fascismo disfrazado de democracia amenazada y enemigos del Estado nación.
Es esta élite la que defiende con uñas y dientes sus privilegios, su posición dominante en una sociedad que han puesto a su servicio y a la que manejan y manipulan a su gusto, imponiendo un modelo de sociedad cada vez más reaccionaria, simplista y carente de valores.
Cuanto mayor es el caos, más fácil es la dominación
Propugnan un modelo de valores afines a su condición de clase dominante como meta a alcanzar en una sociedad cada vez más precarizada, mediatizada y servil.
Han creado un modelo social consumista al servicio de sus empresas, de fieles consumidores de unos productos que promocionan y venden imponiendo sus gustos y costumbres, frente a una cada vez más depauperada clase trabajadora a la que desarman ideológicamente.
Su máxima se resume en: sólo se vive una vida y para disfrutarla hay que triunfar a cualquier precio ya que todo vale con tal de llegar a la cumbre.
Así se explica que los “grandes” escritores y periodistas, sean los “bienpagadados” de la clase dominante y los defensores de los valores del “bien común” y el “interés general”, frases acuñadas por ellos mismos para ser usadas por los que les sustentan.
Las honradas excepciones son considerados, antisistema, comunistas, resentidos o directamente extremistas panfletarios.
Cuando son de su bando, los consideran equivocados, antiestablishment, sediciosos o radicales.
La nueva intelectualidad reparte “carta de naturaleza” a todo aquel que se le ponga en frente y ose discrepar de su “pensamiento único”.
La carrera a ninguna parte, emprendida por el diario español El País, con su campaña de catalanofóbia y su invención de la “trama rusa” es uno de los mejores ejemplos de servilismo a la oligarquía dominante y a sus representantes en el gobierno de un Estado.
Pero más preocupante –por su sutileza- es la campaña sistemática y disfrazada contra los refugiados, los emigrantes, el Euro y la gobernabilidad de la Unión Europea, que amenaza con dinamitar los avances políticos y sociales de buena parte de los trabajadores de Europa en su conjunto y la paz entre naciones que se han pasado toda su vida en guerra hasta la llegada de la Unión Europea.
Se puede decir que el fantasma del fascismo recorre Europa de nuevo.
@ordosgonzalo
gonzalo alvarez-lago garcia-teixeiro