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El gobierno chileno no desea entender el problema político mapuche
El gobierno chileno no desea entender el problema político mapuche. Obvio. La solución es incierta, difícil cara y representa un alto costo electoral. En su última etapa los líderes de la concertación se han olvidado de las promesas de hace cuatro años sobre la legitimidad del reclamo mapuche y su acceso a la tierra.
Debemos vivir en paz toda la gente de la Araucanía, mapuches, alemanes, ingleses, italianos.
Esa afirmación revela ignorancia, desidia y el desconocimiento de más elemental recuento histórico respecto a la etnia originaria de Arauco. No saben quienes son los mapuches. Menos aún su idiosincrasia, visión cosmogonía, concepto territorial, organización, autoridades, religión. Analisando estrictamente lo que el gobierno de Chile hace con el pueblo mapuche, me recuerda la repulsiva sonrisa de Bush señalando que los “marines” tenía la misión divina de dar democracia a los irakíes. Ni más ni menos. La concertación pretende hacer democráticos a los mapuches con las mismas monsergas que hacen comulgar a miles de compatriotas y como lo pretendía Bush en Irak. Malo malo..
El gobierno concertacionista obedece y actúa representando lo más negro de la política racista, discriminatoria, alejada de toda concepción miderna de derecho y de derechos humanos especialmente, cuando pretende pacificar la Araucanía violentando las norma claras y ancestrales de la Nación mapuche.
Queremos decir que no es posible pretender que los mapuches se asilen en Chile, cuando han sido las leyes chilenas y los “huincas” chilenos y alemanes, (para ellos solo huincas) quienes les han despojado de sus tierras familiares que por historia, nacimiento y ocupación les pertenecen.
La Tierra vive por si misma y ellos son sus hijos, como lo son el ciervo, el zorro, las araucarias
Para quienes entienden el pueblo mapuche el problema de la Tierra es mayor. Ellos no son los dueños de la tierra según su religión y sus costumbres. La Tierra vive por si misma y ellos son sus hijos, como lo son el ciervo, el zorro, las araucarias. Toda la legalidad sobre la tierra y los conceptos civilistas romanos, son un chiste cruel, además, de una condición imposible en el concepto de vida mapuche.
Si el gobierno entendiera lo mínimo de este asunto sabría que su política, y la política anterior y futura basada en la literatura jurídica chilena, no es entendida en absoluto por la gente de la tierra.
Pero, desgraciadamente las presiones oligárquicas de los señores feudales del territorio mapuche, al que llegaron con sangre y fuego de la caballería de Trizano, son más convincentes para este gobierno. Ni pensar, si llegara al poder la derecha financiera y su staff de adinerados. No cabe duda alguna que será el exterminio del pueblo mapuche.
Los ojos del mundo deben estar atentos a las futuras acciones del gobierno, que en realidad no tiene ninguna política lúcida al respecto y vive en la esperanza que el problema no reviente en mayor magnitud antes de las elecciones. La derecha ha socavado los principios libertarios de la concertación. Ha domesticado a un gobierno pusilámine y sin imaginación estratégica, al punto que hoy solo basa sus fuerzas en la clase media y en quienes tememos el desborde del fascismo económico y militar en Chile.
La derecha ha socavado los principios libertarios de la concertación