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Resulta inadmisible que el Gobierno, en vez de paliar la situación aplicando alternativamente medidas de efecto positivo, mantenga prorroga con la sinrazón dando continuidad a las políticas que provocaron el actual desastre
Cuando tener una empresa mas que una ventaja para el interés general se convierte exclusivamente en un problema unilateral del empresario, es evidente que la política institucional en materia empresarial circula en dirección contraria a la trayectoria debida, y ello indica que el Ejecutivo que debiera evitar tal circunstancia, por vacío de receptividad y demás factores añadidos, no asume como propio el rol de relevancia que ha de desempeñar la empresa como eslabón de la cadena productiva, y a la vez, como referente primordial para garantizar la suficiencia socio - económica del país.
De ahí, que en este contexto de negación las cosas tomen tendencia a empeorar, pues cuando los mediocres que nos gobiernan dedican todo su empeño a favorecer las algarabías del mercado especulativo mientras relegan al ostracismo la actividad empresarial generadora de la economía productiva; resultará evidente, que si la clase empresarial afectada por tales desmanes además de no combatir enérgicamente las deslavazadas políticas de austeridad, opta por la autocomplacencia, definitivamente, las cosas no solo se agravarán, sino que el colectivo patronal se convertirá en testigo indolente de su propia agonía.
Por eso en pleno hartazgo de política neoliberal, cuando la historia ha demostrado la negación de ese prototipo, y la caída del mito de los ciclos económicos y de la bonanza continuada ha dado paso a una crisis multiforme de alcance global; resulta inadmisible que el Gobierno, en vez de paliar la situación aplicando alternativamente medidas de efecto positivo, mantenga prorroga con la sinrazón dando continuidad a las políticas que provocaron el actual desastre y que lejos de favorecer la armonización intersectorial acentúa el fortalecimiento de las grandes empresas, produciendo un debilitamiento de PYMES y autónomos, que afectados por una merma de capacidad operativa quedan excluidos del proceso productivo.
Los sectores empresariales perjudicados, mas que otorgar credulidad a mensajes inciertos, están obligados a tomar encuentro con la realidad y asumir de una vez por todas que las proyecciones de estas dinámicas de corte neoliberal no han logrado alcanzar las metas prometidas desde su inicio, y por tanto, lejos de ser una estrategia de crecimiento económico y de estabilidad, su puesta en práctica ha demostrado la función opuesta, provocando que las pequeñas y medianas empresas se vayan a la quiebra, aspecto que además de la afección directa, ocasiona repercusiones extensivas al generalizar el desmantelamiento de la estructura productiva
Extremo que viene a confirmar que este tipo de dinámicas lejos de fomentar el fortalecimiento de la economía y la estabilidad empresarial, acentúa la recesión, circunstancia que ocasiona una compleja situación al cobran nuevas víctimas entre la masa de población, afectadas por los niveles de desempleo y de pobreza.
La planificación, debe garantizar el reequilibrio y la diversificación de los sectores productivos
Pues bien, conociendo que el grueso del tejido empresarial está formado por pymes, sabiendo igualmente que cuando en el 2008 los bancos cerraron la vía del crédito, mas de 400.000 empresas por falta de financiación se vieron abocadas al cierre de actividad, decir, que al igual que los gobiernos inyectaron miles de millones para frenar aquella sangría, también toleraron que las entidades bancarias receptoras utilizaran el dinero para otros menesteres distintos a la finalidad prevista, mientras proseguían los cierres en cadena de las actividades empresariales.
Por no perder los malos hábitos, ahora aplicando idéntico formato político, sin modificar pautas ni garantías de financiación, el ejecutivo de Rajoy, al margen de la minima reflexión, acaba de aprobar la largamente anunciada Ley de Emprendedores; un nuevo referente de "reactivación" que anticipa disfuncionalidad en razón divergente entre su contenido teórico y la inviabilidad práctica, y cuya nulidad de resultados habla por adelantado.
Por tanto, toda planificación contra la crisis para que surta efectividad, es condición sine qua non . que venga precedida de de una reorganización intersectorial que garantice el reequilibrio y la diversificación de los sectores productivos, planteamiento que igualmente ha de obligar el fin de la economía imperfecta sustrayendo carga de austeridad en favor del crecimiento, no admitiendo por activas políticas sustentadas en el monopolio de los mercados especulativos.
A tal efecto la clase empresarial como agente de la economía productiva, ha de tomar papel protagonista, participando activamente en la reconducción de la situación, haciendo valer su vocación inequívoca, que no es otra, que contribuir como agrupación colegiada en la generación de empleo y riqueza.