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El venezolano Neurocientífico Investigador José Azócar, PhD, describe por primera vez, a ciencia cierta, la existencia bien sea por evolución o creación de cada uno de "Nuestros 4 Cerebros"
La mente humana siempre ha creído que existe un solo cerebro. Nada más lejos de la realidad. Histofisiológicamente hablando, es decir, microanatómica y funcionalmente hablando, tanto animales mamíferos como humanos, poseemos no uno, ni dos, ni tres cerebros. Asombrosamente poseemos cuatro. Sí, cuatro cerebros a todo dar. He aquí, en orden de aparición filogenética (que quiere decir que tenemos ancestros por evolución, o creación, igual da) y ontogenéticamente (esto significa desde que somos un microscópico huevecillo llamado “cigoto” y luego pasar a ser un embrión, después feto; hasta que nacemos, crecemos y morimos), el venezolano Neurocientífico Investigador José Azócar, PhD, (2016), los ha etimológicamente conceptualizado con los siguientes nombres según su respectivo orden de aparición en la naturaleza: el Neurobiótico, el Neuroentérico, el Neuroencéfalo y el Neurocardio. Para el mundo de la medicina, tanto en la salud física como la mental, la no comprensión y aplicación filogenética y ontogenética en la praxis médica en cuanto al diagnóstico, pronóstico, terapéutica y remisión (curación) de estos cuatros cerebros nos lleva a pensar que la medicina ha venido cojeando desde tiempos inmemorables hasta nuestros días. Y he aquí, amigo lector, lo invitamos a seguir leyendo para que sea usted mismo quien dé su veredicto final al respecto. Y si usted, amigo lector, es un profesional de la salud, y no sabe de esto, pues dejará mucho qué pensar en su praxis médica a partir de ahora mismo si ignora esta información que, aunque sencilla, sabemos puede llevarlo a una verdadera medicina científica 100% precisa y demostrable en todo momento, con su debido respeto. ¿Se atreve a descubrirlo?
El Dr. Azócar asegura que el conocimiento de las funciones de los cuatro cerebros en la salud física y mental es crucial para hacer un salto cuántico en la medicina. Se trata de cuatro cerebros, de los cuatro puntos cardinales de la Neurología y toda la Ciencia Médica en su mayor esplendor; y de estos cuatros, aunque todos son importantes y tienen participación tanto para enfermarnos como para curarnos, sólo uno, en la brújula de la salud, apunta hacia el norte, hacia el polo magnético; el que lleva el control de nosotros desde el principio de la vida humana, y aquí lo descubrirá.
Ahora bien, todo lo aquí expuestol, amigo lector, usted mismo puede corroborarlo en la internet, si es de su interés, -porque entre el cielo y la internet no hay nada oculto- vamos a mencionar y describir brevemente las características más sobresalientes de cada uno de nuestros desconocidos cuatros cerebros. Respire hondo que aquí vamos:
El Neurobiótico: También conocido como el “Cerebro Microbiótico”. Es el cerebro más primitivo y a la vez el más polémico de entre todos los cerebros. Es el menos conocido por la ciencia, ya que se trata de un cerebro mancomunado de microscópicos seres vivos que están en todo nuestro cuerpo tanto por dentro como por fuera. Pareciera ajeno a nosotros, pero está más involucrado con nuestras funciones orgánicas de lo que mente humana pueda llegar a imaginar. A este cerebro lo constituyen todos los microorganismos que viven en simbiosis con nosotros (es decir, juntos en armonía y cooperación. Sin nadie salir perjudicado porque ambos perecerían). Entre ellos tenemos a los hongos, micobacterias, bacterias, y aquellas reales biomoléculas identificadas, como viruso parte de ellos -puesto que hay escasa evidencia científica verdadera de la existencia de la mayoría de los virus que nos siembran que existen. Nótese que curiosamente son cuatro los microorganismos que existen y conforman el Neurobiótico, tal como existen también cuatro cerebros y cuatro capas embrionarias: endodermo, mesodermo cerebeloso, mesodermo cerebral y ectodermo, de lo que están hecho cada uno de nuestros tejidos orgánicos.
Esta red neurobiótica con autonomía propia interfiere en cualquier función orgánica, y en conjunto constituye el cerebro más grande del ser humano conformado en número de 10 microbios por cada célula de nuestro cuerpo. Por ejemplo, si nuestro cuerpo tuviera 100 células en total, entonces tendríamos 10 microbios por cada una de ellas. En total sumaría 100x10=1000 microbios en un cuerpo de 100 células- sorprendente, ¿verdad? -. Estamos hablando de billones de ellos que viven en simbiosis con nosotros. Su mayor concentración se halla en los intestinos donde comparte lugar e interacción neurobiológica con el cerebro intestinal (el Neuroentérico). Todos ellos están estrechamente relacionados con los “biofotones” (luz viva) descubiertos por Alexander Gurwitsch (1874–1954)que son microscópicas luces con vida propia que toda planta, animal o humano posee en todo su cuerpo en menor o mayor grado y se desplazan como unos microorganismos vivientes según la dirección que le indique su naturaleza, y que aún se sabe poco o nada de ellos, y en otros casos, se oculta su verdadera naturaleza. Lo que sí se sabe es que mientras más biofotones tenga un ser vivo más saludable es. Otra cosa de la que poco se menciona es que algunos científicos concuerdan que estas misteriosas y prometedoras “luces vivas” son las verdaderas “células madres arcaicas” del principio del mundo vivo. Al parecer, ellas reaccionan, como todas las células, con el campo electromagnético del corazón (el Neurocardio), se alimentan de luz solar, y que pueden transformarse en cualquier célula del cuerpo y hasta en cualquier microbio que el organismo necesite para cumplir una tarea importante en nuestra salud. Hasta ahora son pocas las pruebas que se tiene de esto.
El Neurobiótico está subordinado a todos los demás cerebros restantes, pero también puede tomar autonomía sin el consentimiento de los otros tres cerebros restantes, siempre y cuando el cerebro dominante, a nivel de conciencia, en una persona sea éste. El mecanismo de acción del Cerebro Microbiótico sobre nuestra conducta se debe, en gran parte, a que tenemos microorganismos especializados que pueden elaborar cualquier neurotransmisor, hormona, enzima, sustancia psicotrópica, entre otras, que cualquiera pueda imaginar, y esto muy pocos médicos lo saben.
Nuestro organismo funciona en gran parte gracias a la electricidad. Todos nuestros sentidos, el comportamiento y la inteligencia emergen de las comunicaciones eléctricas entre las neuronas de nuestros cerebros. Esta es una capacidad muy arcaica tanto que, las células más evolucionadas, “las neuronas”, la comparten con otras que están muy abajo en la escala filogenética (evolutiva): las bacterias, que ni siquiera tienen un núcleo definido como sí lo tienen las neuronas. Básicamente ambos tipos de células utilizan el mismo sistema para sus comunicaciones biológicas y mancomunadas. Las bacterias que viven en comunidades, tales como las que viven en simbiosis con nosotros, se comunican entre sí bioeléctricamente, a través de proteínas llamadas "canales iónicos”, lo mismo que las neuronas que conforman nuestros otros tres cerebros. Estos canales iónicos son proteínas, compuesta especialmente de glutamato, que atraviesan la membrana celular y permiten el paso de iones para generar una corriente eléctrica con una información específica que sólo ellas y las neuronas que conforman los otros tres cerebros pueden codificar. Curiosamente el glutamato es usado por las neuronas como neurotransmisor para comunicarse unas con otras.
En una investigación realizada por biólogos de la Universidad de California en San Diego y publicada en la revista "Nature", encontraron que las neuronas son la forma o versión evolucionada de una bacteria, al menos biofísicamente hablando, que usan los canales iónicos tal como las neuronas. "Gran parte de nuestra comprensión de la señalización eléctrica de nuestro cerebro se basa en estudios estructurales de los canales iónicos bacterianos", y todo “parece funcionar muy parecido a un cerebro microbiano", señala Gürol Süel, profesor asociado de Biología Molecular en la Universidad de California en San Diego, que ha dirigido la investigación.
Sin embargo, otros científicos sostienen que tanto los hongos, micobacterias, bacterias y aquellas biopartículas denominadas virus, tienen una comunicación y comportamiento igual o parecida. Todos los microorganismos, en mancomunidad, que viven en simbiosis con nosotros están sometidos a las leyes biopsíquicas, biofísicas, bioquímicas y biológicas por igual; y en vista a que están sometidos a estas leyes, como en efectos están sometidas los otros tres cerebros restantes, los microbios se han ganado neurobiológicamente ser denominados nuestro Cerebro Microbiótico o Neurobiótico con todas la de la ley. Inclusive, dentro de las 5 Leyes Biológicas descrita por el Dr. Hamer, específicamente la “Cuarta Ley”, es exclusiva para ellos, y fue llamada así: “Sistema Ontogenético de los Microbios”, en donde se aclara que la actuación de ellos en nuestro organismo cuando enfermamos y entran en acción(conocido como infección) no es para hacernos daño, como se cree en la medicina oficial, sino para ayudarnos con el proceso curativo.
Características Psicobiológicas Predominantes del Neurobiótico:
El Neuroentérico: También conocido como Cerebro Entérico o Intestinal. Es nuestro segundo cerebro más antiguo. Tiene autonomía propia y conjugada (en equipo) con el resto de los tres cerebros. Como cerebro al fin- ya que posee neuronas- durante el desarrollo embrionario, los intestinos, aunque inervan (que nacen) endodérmicamente (del tronco cerebral) de nuestra cabeza, misteriosamente se le revelan a éste, y en medio de su formación en el embrión los intestinos dan un giro de 180 grados, permitiéndoles neurobiológicamente no ser dominado del todo por el Cerebro Encefálico. Este fenómeno es lo que hace posible que el Neuroentérico pueda tener autonomía en las decisiones y funciones orgánicas, aunque inerve y sea también controlado por su jefe inmediato: el Neuroencéfalo. Está constituido por aproximadamente 100 millones de neuronas. Recibe y comparte comunicación neurobiológica con su cerebro subordinado: el Neurobiótico. Los estudios científicos arrojan que el Cerebro Intestinal manda más información y órdenes al Cerebro Encefálico de lo que éste recibe de él. Tiene un dominio inmediato sobre las funciones del estómago, el hígado, el páncreas, los riñones, vejiga y el bazo, que el Cerebro Encefálico no posee. Esto hace posible que, aunque a alguien se le practique una hemisferectomía (extraerle la mitad del hemisferio cerebral) a una persona, aun sus órganos que inervan y son supuestamente controlados por este hemisferio que extirparon, se mantengan cumpliendo sus funciones orgánicas. Pues el Neuroentérico se encarga de las funciones de ellos tan igual o mejor que el Neuroencéfalo. Esta es parte de su competencia como cerebro autónomo. Todos estos órganos están conectados neurológicamente y a merced del cerebro intestinal.
Hay al menos un quinto cerebro fuera de nosotros que rige todo lo que existe dentro, entre y fuera de cada uno: una Inteligencia Superior, a la que solemos llamar NATURALEZA
Características Psicobiológicas Predominantes del Neuroentérico:
El Neuroencéfalo: Mejor conocido por todos como el “Cerebro”- puesto que la mayoría piensa que es el único que poseemos. El Cerebro Encefálico es el más popular de todos los cerebros, el que casi todos creen que es el único que existe, y el más estudiado, por supuesto por la ciencia en todos sus estilos. A él se le atribuye el centro control de todas las órdenes de nuestras funciones orgánicas porque de éste inervan embriológicamente todos nuestros demás órganos, incluyendo el intestino (el Neuroentérico) y el corazón (el Neurocardio), según la ciencia de la embriología. No obstante, cuando de mando y comando neurobiológicamente se trata, se ha demostrado en numerosos estudios científicos que el Neuroentérico y el Neurocardio tienen autonomía propia indistintamente si inervan o no del Neuroencéfalo. Esto no suele suceder con el resto de los demás órganos. La explicación lógica de este fenómeno es que tanto el intestino como el corazón, al poseer neuronas como el Neuroencéfalo mismo, se revelaron embriológicamente y sufrieron de una rotación que les permite poseer semejante autonomía. De lo contrario, el Cerebro Encefálico fuera el rey neurobiológico absoluto con mando y comando de todo nuestro cuerpo. De no haber sido así, entonces qué sentido biológico tiene que el intestino y el corazón posean una central de neuronas como el encéfalo mismo. Si están allí, es por algo, y nada ni nadie le quitará su papel como “cerebro” en nuestro cuerpo. La NATURALEZA así lo dictaminó, y no hay ni habrá teoría, hipótesis o cualquier estudio tildado de científico, con o sin el consentimiento de nadie, que pueda con las Leyes Bilógicas con las que se expresan en la NATURALEZA.
El Neuroencéfalo humano está conformado por aproximadamente 100 mil millones de neuronas, mil veces más que el Cerebro Intestinal. Aun así, no domina en número al Neurobiótico que son 10 microbios (con capacidad neuronal) por cada célula que nos constituyen.
El científico que mejor ha acertado en los estudios sobre este cerebro es el médico alemán Dr. Ryke Geerd Hamer, quien señaló con mucha precisión, válido tanto para animales como humanos, de dónde inervan topográficamente del cerebro encefálico cada tejido que componen nuestro cuerpo. Más sorprendente aun, logró identificar y enunciar las 5 Leyes Biológicas que rigen nuestra naturaleza orgánica, y la de los animales y plantas; y por medio de ellas pudo identificar el origen de las enfermedades para cada tejido orgánico con gran maestría, a tal punto, que se cumple en todo momento queramos o no. Ley es Ley. Y las Leyes Naturales, aunque no nos parezcan ni nos convengan en algunos momentos de nuestras vidas, son indetenibles e irrefutables, a menos que seamos unos dioses.
El Dr. Hamer es el médico que mejor conoce a este cerebro en todo el planeta tierra, sin temor a equivocarnos, con más de 30 años de estudio exclusivo ininterrumpido. Este cerebro tiene la dirección biológica de revelar a la conciencia humana todo ese proceso al que suelen denominar SALUD-ENFERMEDAD. La Tomografía Cerebral Simple (sin medio de contraste) así lo valida científicamente tanto para humanos como para animales. Pero, ¿es este cerebro el órgano centro control absoluto o más importante de todos los cerebros restante? Preguntas como estas pueden ser respondidas cuando conozcan más adelante al cuarto cerebro que nos compone: EL NEUROCARDIO. Por ahora, culminemos con el Neuroencéfalo.
Características Psicobiológicas Predominantes del Neuroencéfalo:
El Neurocardio: También conocido como “Cerebro Cardíaco” es, de entre todos los cerebros, el más pequeño, pero a la vez el más inteligente y prometedor de todos ellos. Está compuesto de aproximadamente 40 mil neuronas y están contenidas en el órgano del corazón. De aquí a su nombre: Neurocardio. Tiene autonomía propia independientemente de que inerve -al igual que el Cerebro Intestinal- del Neuroencéfalo. Esto es lo que se dice del corazón, y de todos los demás órganos, con respecto al Cerebro Encefálico: “que el corazón inerva del cerebro según sostiene la embriología actual. Pero, ¿hasta dónde es verdad todo esto?
El Institute of HeartMatch de California, comprobó con numerosos ensayos que neuroeléctricamente el Cerebro Encefálico recibe más información del corazón de la que éste le manda a él. EL corazón nunca para de mandarle información al Neuroencéfalo. También observaron que ante un estímulo psicoemocionalmente bueno o malo, el corazón bioeléctricamente reaccionaba primero queel Cerebro Encefálico por fracciones de segundo de diferencia, llegándose a la conclusión de que el órgano o cerebro que capta como “Antena WIFI” los estímulos internos y externos de índole psicoemocional y más allá en nuestras vidas es el corazón gracias a sus neuronas especializadas y al campo electromagnético que éste posee. Y más asombroso aun, la investigación arrojó que fracciones de segundo antes de que una persona percibiera por los órganos de la visión imágenes “agradables y/o desagradables” de forma aleatoria ante un ordenador (computador), el Neuroencéfalo respondía positiva o negativamente, en término bioelétrico, al momento mismo de que la imagen se reflejara en pantalla. Sin embargo, el Neurocardio misteriosamente respondía en término bioelétrico “agradable o desagradable” fracciones de segundo antes de que la imagen apareciera en pantalla, llegándose a la deducción de que el Neurocardio posee la capacidad de anticiparse a cualquier estímulo antes de ser percibido por el sentido de la visión, aunque otros hechos afirman que este fenómeno ocurre no sólo con la visión, sino también con los otros sentidos restantes: olfato, gusto, tacto y audición. El Neurocardio intuye con certeza. Predice con maestría, entrando en una dimensión donde el tiempo y el espacio cuánticamente no existen. De allí al fenómeno de anticiparse a los hechos antes que se manifiesten. A esto se refería Albert Einstein cuando afirmó que “el tiempo en general no es lo que parece. No se mueve sólo en una dirección, y el futuro existe simultáneamente con el pasado”. Se nota que este científico usaba una conciencia un poco más elevada de la vida que lo llevó a tener renombre. Todo esto se puede explicar desde la famosa Física Cuántica que éste dominaba lo suficiente para entonces.
Por lo tanto, es lógico concluir que el “Shock Vivencial “que se produce a nivel psíquico, mejor conocido como DHS (Síndrome de Dirk Hamer) que da origen realmente a lo que conocemos como enfermedad no es captado primero por el Cerebro Encefálico como se piensa a través de nuestros cinco sentidos comunes y corrientes. El evento o shock psíquico o biopsíquico que enciende al DHS es primero captado por el sentido de la intuición fracciones de segundo antes que el Neuroencéfalo lo pueda captar por medio de sus cinco sentidos, ya que éstos son los receptores únicos con los que el Cerebro Encefálico percibe el mundo que nos rodea. Es decir, el Neurocardio no precisa de los sentidos del olfato, el gusto, la visión, el tacto y la audición para captar necesariamente el evento que originará el DHS; en cambio, el Neuroencéfalo, sí. Esto significa que en la secuencia Psiquis-Cerebro-Órgano, dispuesto por el Dr. Hamer para explicar secuencialmente cómo enfermamos, no es que esté mal estructurada, porque de igual forma sigue esa misma correlación. Lo que se debe considerar es que hay cuatro cerebros, y el Neurocardio es, científicamente demostrable, el primero en captar y transmitir al resto de los cerebros el evento que origina el DHS. Vale decir entonces que la correlación adecuada para el proceso conocido como enfermedad es Psiquis-Cerebro(s)-Órgano. En otras palabras, primero el Neurocardio capta el evento, luego de forma casi imperceptible se lo transmite al Neuroencéfalo; éste se lo pasa al Neuroentérico y finalmente el último por capturarlo es el Neurobiótico. Cada cerebro en su nivel colaborará en este proceso llamado SALUD-ENFERMEDAD, aunque uno de ellos dominará sobre los demás, y este dominio dependerá del nivel de conciencia predominante de la persona que ha vivido el DHS para entonces. Y es desde el corazón de donde es posible resolver el conflicto que originó el DHS y desde donde nacen los mejores procesos curativos.
Dada la importancia de que el corazón tenga neuronas, ha nacido una nueva especialidad médica derivada de la cardiología. Se trata de la Neurocardiología. Numerosos estudios, entre ellos los aportados por los investigadores del Institute of HeartMath han realizado experimentos que demuestran que la función del corazón no se limita sólo a bombear sangre como se cree (Ciencia del Corazón - Explorando el papel del corazón en el Rendimiento Humano - Science of The Heart - Exploring the Role of the Heart in Human Performance).Los estudios sugieren que el corazón es el órgano maestro del cuerpo por las razones antes descritas, y por algunas que a continuación se mencionan:
Características Psicobiológicas Predominantes del Neurocardio:
Un verdadero científico es aquel que observa a la naturaleza tal cual como es y no como quiera que sea. Es aquel que pisando fondo termina por comprender y aceptar que cuando de estudio de fenómenos de la naturaleza se trata, estará seguro que nada en esta vida se da al azar, que todo está regido por LEYES NATURALES, y que absolutamente todo está bajo su irrefutable dominio y control. Es aquel que reconoce que conforme existe un ser vivo como nosotros con cuatros cerebros, cada uno con inteligencia autónoma y conjugada, debe dar por seguro que hay al menos un quinto cerebro fuera de nosotros que rige todo lo que existe dentro, entre y fuera de cada uno: una Inteligencia Superior, a la que solemos llamar NATURALEZA.