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Tenemos en nosotros mismos la herramienta para desarrollar nuestro intelecto emocional y hacer de él nuestro mejor aliado
Al buscar en Internet el significado del término Inteligencia Emocional, el motor de búsqueda utilizado arroja un sinnúmero de resultados, así como también es posible encontrar una amplia oferta de escritos y libros referidos al tema en el comercio formal, tanto electrónico como en la librería tradicional. No es difícil darse cuenta de que existe mucho material escrito acerca del tema, sin embargo aún estamos lejos de que esto sea un tema importante en nuestras vidas. Nuestra educación, tanto la que obtenemos de parte de nuestros padres como la de la escuela y luego Universidad o Instituto, buscan principalmente la inculcación de ciertos valores tradicionales para ser “buenas personas”, así como el logro de un “buen profesional” que conozca bien sobre su trabajo. Sin embargo, no creo equivocarme al decir que la gran mayoría de ellos ignoran lo básico del mundo de las emociones y de los sentimientos. Y no es difícil darse cuenta de ello al ver que las frustraciones (una de las incapacidades emocionales) del hombre/mujer, convergen en desviaciones en los valores adquiridos, y en profesionales incompetentes. No necesariamente porque no conozcan sobre su especialidad, sino por decisiones erradas tomadas en situaciones de presión, competitividad, frustración, dolor, etc. Así mismo, encontramos “buenas personas”, pero infelices en su vida personal, pues no han sabido “manejar” sus relaciones amorosas, ya sea con su pareja y/o hijos, llevando al desastre social de actualidad: separaciones, divorcios, violencia intrafamiliar, disputa de los hijos, juicios por compensaciones económicas y pensiones alimenticias, etc.…
La realidad emocional a la cual nos enfrentamos diariamente dice relación con:
Resultado de este escenario:
Es así que, a la fecha, existe un enorme vacío en nuestra educación, que conlleva una gran necesidad incumplida:
Pero no se aflijan, pues así como es factible desarrollar la inteligencia racional por medio del estudio constante y permanente, también se puede desarrollar la inteligencia emocional que cada uno de nosotros posee. Sólo hace falta dar el paso hacia la magia de nuestro intelecto emocional, que hasta ahora pudo ser tu peor enemigo y enséñale a ser tu mejor aliado.
Andrea Martel Sotomayor
http://emocionparavivir.bligoo.cl