Del latín atúmum, un átomo es la cantidad menor de un elemento químico que tiene existencia propia y que está considerada como indivisible. El átomo está formado por un núcleo con protones y neutrones y por varios electrones orbitales, cuyo número varía según el elemento químico.
Si un átomo fuera del tamaño de una manzana, el ser humano sería tan grande que el sistema solar tal y como lo conocemos cabría en la palma de nuestra mano.
El núcleo, que está en el centro del átomo, compone más del 99.9% de su masa, pero sólo una trillonésima parte del volumen total.
Todos los átomos, excepto los más pequeños, se formaron hace millones de años en las estrellas. Por ello se dice que estamos hechos de polvo de estrellas.
Más del 99.9% del volumen del átomo está vacío.
En el punto final de esta frase cabrían 2.000 millones de átomos.
Los electrones miden una 1/1.836 parte de un protón o un neutrón, pero son los responsables de los enlaces.
La fuerza nuclear fuerte mantiene unido los núcleos atómicos, siendo esta, 100 veces más potente que la fuerza electromagnética.
Los electrones no se mueven cuando pasan de un nivel de energía a otro, desaparecen de un nivel y aparecen instantáneamente en el siguiente.