Creer, esa herramienta vital de todo emprendedor

Hace años, cuando estaba leyendo a Heráclito, el filósofo griego, me llamaba mucho la atención su famosa enseñanza: "...nadie puede bañarse dos veces en el mismo ríos, porque este cambia constantemente" Comprender esa idea, me llevó mucho tiempo. A veces trataba de llevarlo a cabo en mi existencia y cuando me bañaba en el río cerca de mi ciudad, decía, "te equivocaste Heráclito, llevo media hora en el río y este sigue siendo el mismo". Obviamente, aún no comprendía que la fluidez y los cambios, son los que realmente permanecen en la naturaleza, y que en verdad todo lo existe, está influido e influenciado por la fluidez de sus átomos, moléculas y células que componen la materia o un organismo. En este sentido, lo que soy está en transformación constante y es lo que la física cuántica, nos ha tratado de señalar por bastante tiempo, nuestra observación afecta a lo observado, porque el flujo de las relaciones de nuestra observación con lo observado se afecta mutuamente y transforman, la conducta y el comportamiento con la energía que emitimos al relacionarnos.

Comprender que la fluidez, es la constante indeterminada de nuestro comportamiento, generó en mi forma de pensar, la creencia tal que todo es posible.

Creer es la herramienta vital para todo emprendedor. Todo es posible, porque sólo de mí depende, hacer que lo imposible desaparezca y que lo posible sea una realidad. Si verdaderamente, mi presencia afecta al "otro" y, que a su vez, éste me afecta, también; entonces significa que entre el punto A y el punto B, lo que existe realmente y no lo vemos, es la energía que se está conectando continuamente y afectándose recíprocamente.

Bajo esta circunstancia, el amor, la bondad, la alegría se da, gracias a que creemos que es posible que se dé y con ello, podemos afectar con nuestras emociones al "otro" o los "otros". Por lo tanto, la capacidad de creer, no es sólo metáfora, además se operacionaliza mediante la forma de cómo nos comunicamos, actuamos y nos comportamos con mis semejantes. Si quiero hacer el bien, todo en mi debe actuar en coherencia con ese objetivo. Si quiero triunfar y ser creíble, debo manifestar esa actitud, de igual forma mi comportamiento, lo que voy comunicando o creando debe estar en función de ello. Por lo tanto, lo que soy es gracias a lo que expreso de todas las forma posible. Creer es la posibilidad de ser creíble, para todos los demás.

Creer, esa herramienta vital de todo emprendedor

Creer que se puede creer y que, además, creer puede lograr aquello que todavía no es, es el pensamiento más poderoso que un emprendedor puede utilizar. No existe conocimiento más vital que entender que nuestras creencias pueden transformar nuestras vidas y las vidas de quienes nos rodean.

Todo emprendedor debe creer que puede creer y que no sólo, afectará su vida, sino la de todos a quienes su creencia afecte. Creer es pensar que todo es posible y que mañana, nuevamente el sol alumbrará para recoger aquello que hemos sembrado.