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¿Somos un país flojo? Yo diría que no. Yo diría que ya es hora de que revisemos nuestro sistema laboral, porque el hecho concreto es que un porcentaje de la población no se la está pudiendo
Desde que un programa de televisión denunció que un grupo de médicos estaba dedicado a entregar licencias fraudulentas, el tema de los ya conocidos abusos al sistema de salud se instaló en la opinión pública. El gobierno se apuró en presentar un proyecto de ley para fiscalizar estas prácticas, y los medios de comunicación publicaron opiniones y estudios que dieron cuenta de las dimensiones del fenómeno.
Y el fenómeno es real: el gasto por el uso de licenciasmédicas creció de manera desproporcionada en los últimos tres años, tanto en el sistema úblico como en el privado, lo que –no está demás recordarlo– ha afectado directamente en las alzas, también desproporcionadas, de los precios de nuestros planes de salud. Un horror, qué duda cabe. Sin embargo, en todo este debate, he echado demenos varias preguntas fundamentales que tienen que ver con lo que se esconde detrás de estos hechos.
Partamos por preguntarnos por qué hay tanta gente enferma (ya que la granmayoría de las licencias presentadas son de personas que realmente las necesitan), y luego veamos por qué tantas personas deciden vulnerar el sistema con tal de faltar a sus trabajos (se habla de cientos de miles de licencias falsas emitidas sólo por 16 doctores en 3 años). ¿Somos un país lleno de flojos?
Desde que un programa de televisión denunció que un grupo de médicos estaba dedicado a entregar licencias fraudulentas,
Yo diría que no. Yo diría que ya es hora de que revisemos nuestro sistema laboral, porque el hecho concreto es que un importante porcentaje de la población no se la está pudiendo. ¿Es razonable que tantas personas salgan a trabajar cuando aún es de noche y lleguen de vuelta cuando ya oscureció? ¿Sabía usted que Chile es el segundo país más infeliz de la región? ¿O que es uno de los que más horas trabaja en todo Latinoamérica? ¿Ha notado que cada vez hay más enfermos crónicos? ¿Se ha preguntado por qué aumentan y aumentan las farmacias?
El diagnóstico está claro. El remedio también: descanso. Creo que necesitamos un cambio de enfoque. Mientras se siga creyendo que lo importante es que la persona cumpla con sus nueve horas de trabajo en vez de incentivar los buenos resultados y la proactividad, seguirá habiendo empleados que se enferman o que sacan la vuelta. Y no es que sean flojos; sólo están agotados.
Necesitamos urgente espacio –y tiempo– para el ocio, para respirar aire puro, compartir con la familia, hacer el amor, pensar en unomismo. Tiempo es dinero, dicen. Peromás importante que la plata que acumulas es el tiempo del que dispones para gastarla. O no gastarla. La cosa es que uno decida.