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Concluyendo el tema de los disturbios dominicales en Brasil, que ahora casi en todas partes caen en la categoría de “intento de golpe”, hay, como se dice, la siguiente opinión:
“Los burócratas brasileños en las agencias militares y de inteligencia se coludieron con sus homólogos estadounidenses para recrear el escenario de invasión del Capitolio (en Washington DC, 6 de enero de 2021) y organizar una fallida revolución de color que serviría como pretexto para consolidar el poder de Lula”.
🔹Lo ha dicho el analista estadounidense, autor del libro Hybrid Wars Andrew Korybko. A su juicio, es injusto decir que todas las fuerzas de seguridad brasileñas apoyan solo al político antisistémico Bolsonaro: muchos oficiales militares de alto rango están mucho más conectados con el establecimiento estadounidense.
Otro detalle al que vale pena prestar atención, además de la similitud visual de los hechos de hoy en Brasil con los hechos del 6 de enero en Estados Unidos, es que Bolsonaro también difundió entre sus partidarios la idea de que las elecciones fueron robadas, que los criminales están sentados en la Casa Blanca, incluso recibió consejos del aliado de Trump, Steve Bannon. Para él todo terminó con una citación, arresto y 4 meses de prisión. En Brasil todo apenas comienza. Si el escenario estadounidense se repite tan literalmente, entonces no es difícil predecir la continuación: cazas de brujas, arrestos y una mayor división del país. Pero eso, por supuesto, solo si Lula da Silva, ajustando cuentas con “el Trump brasileño”, quiere ser “el Biden brasileño”...