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El alarmismo periodístico sobre el calentamiento o enfriamiento global termina por ser un gran negocio para políticos y aliados

04/06/2013 14:20 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Especialmente desde que el exvicepresidente Al Gore escribió un libro sensacional sobre el calentamiento global muy poco científico, se levantó una polvareda periodística. Sin embargo 2013 es el más frío de la década y el deshielo del ártico se acaba. ¿Qué está pasando?

Se predijo que el calentamiento global causaría catástrofes nunca vistas en la historia de la Tierra. Las evidencias científicas y la historia del clima del planeta decían otra cosa, pero no se pregonaron. Naturalmente, nadie está aquí con los de “aquí no pasa nada”, como los negacionistas del expresidente Aznar siempre por egoísmo político-económico. Es preciso buscar la verdad sobre el clima y decirla sin intereses.

Desde hace años se han producido anuncios sobre calamidades que se abatirán sobre la humanidad a causa del calentamiento global y su hijo el cambio climático. La abundancia de noticias en los medios sobre lo mal que la humanidad lo pasará por culpa de un cambio de clima, ha sido una constante ya desde principios del siglo XX, aunque esto resultó una novedad para mucha gente.

De hecho, ya a fines del siglo XIX, se alertaba al mundo sobre un inminente enfriamiento del planeta, a pesar de que en esos momentos no hacía tanto la tierra se había salido de los rigores helados de la llamada 'Pequeña Edad de Hielo' ocurrida a partir de los primeros años del siglo XII. Hasta esa fecha, el clima había sido tan cálido, que los Vikingos habían conseguido establecer colonias en Groenlandia, a la que habían dado el nombre de Tierra Verde (Gründland), y florecían sus colonias y viñedos en la parte norte de Estados Unidos y este de Terranova. Los climatólogos de mediados del siglo XX habían bautizado a esa época con el adecuado nombre de “Pequeño Fenómeno climático”, o también como el “Período Cálido Medieval”. Estaban de acuerdo con que esas temperaturas eran las mejores para el desarrollo de la vida en la Tierra que el frío polar y, aunque resulte una novedad para la mayoría de la gente, eran solo dos grados centígrados más altas que las actuales.

Pero revisando los archivos de diarios y revistas del siglo XX, nos encontramos con que muchas publicaciones que hoy afirman que el mundo está al borde del abismo de un calentamiento catastrófico decían lo mismo sobre una probable edad de hielo –apenas hace 35 años. Prácticamente todos los grandes medios, incluyendo al New York Times, la revista Times y Newsweek, Forbes, Paris-Match, Le Monde, Época, Pravda, etc… informaron sobre tres y hasta cuatro diferentes cambios del clima desde 1895.

La tendencia del enfriamiento de 1975 también se enfrió y se reemplazó por la actual era de información sobre los peligros del calentamiento global. Apenas seis años más tarde, en agosto 1981, el Times citaba a siete científicos especialistas en clima del gobierno que predecían un calentamiento global de “una magnitud sin precedentes.” En total, los medios de prensa han advertido como hemos dicho al principio de cuatro cambios de clima separados en algo más de 100 años que damos a continuación, pero siempre catastrófico, apocalíptico.

Pero parece que los actuales propulsores de la visión catastrófica del calentamiento han aprendido la lección, y han elaborado una nueva teoría según la cual cualquier cosa puede y debe ser atribuida al calentamiento –pero al causado por el hombre. Tal como lo describe el Times, el cambio de clima puede significar cualquier variación mayor, haciendo a la tierra más fría o más caliente. Si hay una ola de calor, les una prueba más del calentamiento; si hay una ola polar como la que vivimos o hemos vivido en el hemisferio occidental, los modelos computados de los científicos “ya habían predicho” que el calentamiento causará olas polares. Es el viejo juego de revolear la moneda diciendo: “Cara, gano yo; cruz, pierdes tú.” Es apostar a los 36 números de la ruleta, y el cero no juega.

Un breve resumen de los titulares sobre cambios climáticos ocurridos durante el siglo XX nos muestra:

-Primer enfriamiento alarmante: desde 1895 hasta 1922.

-Primer calentamiento alarmante: desde fines de la década del XX hasta mediados de la década del 1940.

-Segundo enfriamiento alarmante: desde fines de la década del 50 hasta fines de la década de los 70.

-Segundo calentamiento alarmante: el actual –desde 1980 hasta el año 2000.

-Tercer posible enfriamiento: desde 2002 hasta nadie sabe cuando…

A algunos lectores atentos les llamará la atención una alternancia de alrededor de unos 20 años para cada ciclo. El ciclo que comenzó en 1980 pareció haber terminado hacia el 2002, en que alguien inició un posible ciclo de enfriamiento. Quizás no les debería sorprender tanto saber que algunas regiones se ha estaban enfriando ya desde 1987, a pesar de toda la publicidad y tremendismo que rodeaba al calor del cambio climático. Pero hay una razón que puede sorprender a algún medio: el clima varía de manera constante siguiendo ciclos naturales bien definidos desde hace millones de años, y lo seguirá haciendo para siempre. Lo normal es que el clima cambie; lo anormal es que no lo haga.

Por eso la prensa mundial se ha limitado a recoger las variaciones climáticas ocurridas en los últimos 35 años para informar a sus lectores a medida de que iban ocurriendo desde 1895. Pero cinco años antes del fin del siglo XX algunos medios de prensa parecieron volverse locos de repente y dejar de reportar objetivamente para vaticinar desastrosos cambios del clima. Un titular del New York Times anunciaba las graves preocupaciones de los “geólogos”. Sólo que el presidente de entonces no era el nefasto George Bush sino Grover Cleveland. Y el NYT informaba simplemente a sus lectores sobre la posibilidad de una nueva edad del hielo.

Desde entonces hasta la fecha se han sucedido cuatro períodos diferentes en que los grandes de prensa predijeron una inminente crisis climática. Cada predicción llevaba sus propios elementos apocalípticos, según la dirección del medio, la gente supo que Canadá podría ser “barrida del mapa” o de que la disminución global del rendimiento de las cosechas podía significar que millones de personas morirían de hambre. Del mismo modo en que el tiempo y el clima fueron cambiando, lo mismo sucedió con la cobertura periodística –ya sea soplando caliente o frío con los cambios de temperatura a corto plazo.

Cuando hacia el final del siglo XX la superficie de la Tierra se calentó menos de un cuarto grado Celsius, los periódicos y revistas respondieron con historias acerca de la nueva amenaza. Una vez más, el New York Times salió al frente advirtiendo de que “la Tierra se está calentando de manera sostenida”. Después de un tiempo, la fase dos de las advertencias climáticas comenzó a desvanecerse.

Una organización, WWF, en la que estaba involucrado Nelson Rockefeller, dijo que el hielo del Ártico se estaba fundiendo tan rápido que en ochenta años los niveles del mar de los años subirían a 1.2 metros y crearían "diluvios que afectan un cuarto del mundo. Es algo impresionante”.

Pero fue sobre todo después del estreno de la película del ex vicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore, 'Una verdad Incómoda, ' que las noticias alarmantes sobre el cambio de clima se transformaron en un verdadero aluvión; una catarata incontenible de partes de prensa de todo tipo, sobre “recientes estudios” que siempre terminan descubriendo que cualquier cosa relacionada con el cambio de clima sucede “más rápido/ más despacio, más alto/más bajo, más fuerte/más débil, antes que nunca/después que nunca, más frío/más caliente, ” y siguiendo así, una lista interminable.

¿Por qué a Al Gore le interesaba implementar un nuevo mercado con el cambio climático? El 'calentamiento global' se consideró un gran problema y urgente y lo era como otros problemas ambientales. Pero era un problema científico y ambiental… y terminó convirtiéndose en un tema político y mejor manejado casi solo por políticos. Y la gente de a pie fue engañada con relativa facilidad por los altos mandos de la política convertidos ahora en ambientalistas, como Al Gore.

La premisa que inició Al Gore, era en síntesis, que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que emitían las grandes empresas ensanchaban la capa de ozono. Los gases de efecto invernadero hacen que la tierra se recaliente y, es por eso, que los glaciares se derriten, aumenta el nivel del mar y aparezcan otras distorsiones climáticas y biológicas. La "solución" de Gore consistía en implementar un nuevo mercado de bonos verdes. Esto significaba que las industrias deberían adquirir créditos de carbón, que les autorizaba para emitir o producir gases.

Y a Al Gore le respondió. Timothy La Salle, profesor del Instituto Rodale, quien teorizó desde Newsweek, diciéndole "si alimentamos a la fauna y cuidamos la flora, si manejamos mejor los espacios verdes y conservamos los bosques y los mares, se puede secuestrar gran parte del carbono emitido". De inmediato Timothy fue silenciado por los asesores de Gore, que tanto pujaban por los mercados de bonos, como única solución del problema…

Bob Carter, Geólogo de la Universidad de James Cook, fue el primero que denunció el intento de convertir el cambio climático en un suculento business, que beneficiara a los políticos y sus aliados, con la gente corriente como invitada de piedra, y, como víctima propiciatoria, la buena fe… de todos. En vista de esto Carter abrió una columna en el diario Daily Telegraph de Londres titulada: "¿Hay un problema con el calentamiento global o se detuvo en el 2000?".

Sara James Cliften, de la organización "Friends of the Earth"(Amigos de la Tierra), señaló a Reuters que "el mercado de bonos verdes podría hacer colapsar la economía o dañarla, tal como ocurrió con el mercado de los préstamos subprime". De hecho "son los países más poderosos los que desean que este mercado de bonos se extienda por el mundo". Al principio pareció que los poderosos se oponían a hacer prevalecer sus intereses sobre el medio ambiente. Pero resultó ser al revés: la campaña "anti calentamiento global" fue más pro-establishment que la de los neutralistas sobre todos los ciclos de la tierra. En resumen, Sara Cliften proclamó que "los bonos de carbono son un nuevo mercado de derivados, instrumento político-financiero tan responsable de la crisis actual como el de los negacionistas“.

Gracias a Al Gore para “probar” sus tesis y los remedios, el cambio del clima fue un tópico caliente en las salas de redacción de todo el mundo. No era la primera vez, por supuesto, sin embargo.

El Presidente Obama tomó el relevo de Al Gore tiempo después para hacer una apelación melodramática ante las Naciones Unidas por medidas globales para refrenar lo que él llamó con alarma "la amenaza del clima, " eufemismo actual para lo que es más popular referirse al Calentamiento Global, la teoría que las emisiones artificiales de los automóviles de CO2, las plantas de carbones y otras fuentes artificiales están causando en la Tierra un calentamiento hasta el punto que las capas de hielo polar se están fundiendo irreversiblemente y están amenazando con inundar un cuarto o más de la superficie de la tierra.

Hay sólo algo mal con el guión dramático del presidente Obama: científicamente está absolutamente equivocado. Desde el 2007 las capas de hielo polar han estado creciendo poco a poco y no fundiendose y la Tierra se ha estado refrescando, no calentando.

Si el miedo mortal de una ficticia Gripe, SIDA o nueva bacteria no fueran suficientes, las historias asustadizas en los medios de comunicación mundiales como BBC o CNN, mostrando icebergs que se funden son bastante dramáticos como las historias para no dormir. Las fotos de barcos navegando tranquilamente en aguas fundidas, ayudaba.

El Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon incluso hizo una apelación pública diciendo que las emisiones artificiales de CO2 estaban ayudando a que "100 mil millones toneladas" de hielo polar se fundieran al año y en 30 años el Ártico estará "libre de hielo."

El árbitro podía ser el Sol: una actividad o inactividad del astro-rey, sus manchas, etc... son los que determinan el clima. El ciclo solar puede durar diez años o más

El truco propagandístico de Ban Ki-Moon, en nombre de la ONU fue orquestado cuidadosamente. Se hizo ver que los barcos podían llegar navegando hasta el mismo Polo Norte, porque el hielo estaba fundido. Pero no se advirtió que la nave a que se refería ban Ki-Moon había navegado en el mes de julio y no a partir de octubre, ignorando que durante el verano el hielo de Ártico siempre se funde y el nuevo recongelamiento anual empieza en septiembre. Unos 10 millones de kilómetros cuadrados de mar-hielo se funden cada verano y es en el mes de septiembre que empiezan a helarse de nuevo. Ahora la magnitud del hielo es 500.000 km cuadrados mayor que de lo que era en esta misma época el año pasado - que a su vez, era 500.000 km cuadrados más que en septiembre 2007, el punto más bajo registrado recientemente según Cryosphere Today de la Universidad de Illinois,

Los datos muestran que 2013 está siendo el año más frío de la década y, es sintomático que el temido deshielo del Ártico parece no corroborar las mediciones oficiales.

La superficie helada del Polo Norte creció ya en 2008 ( última cifra registrada que se tiene) un 9% respecto al año anterior, según los datos del National Snow and Ice Data Center (NSIDC), aunque se mantiene aún muy por debajo de la extensión alcanzada en 1979. La trampa radica en cómo efectuar la comparación de tales mediciones. Así, en 2007 la extensión mínima de hielo ártico fue el 42, 6% menor que en el período 1979-2000, mientras que en 2013 fue un 36, 1% menor. Es decir, ha crecido de un año para otro, por primera vez en los últimos 10 años.

Las últimas mediciones elaboradas por la Japan Aerospace Exploration Agency (uno de los referentes mundiales en la toma de datos por satélite sobre extensión de hielos polares) parecen corroborar el crecimiento neto de la masa helada en el Ártico. Y es que, según este organismo, la actual superficie de hielo es similar a la existente en 2005. Las gráficas, recogidas en el blog desde el exilio, compara los datos obtenidos en 2013 con la superficie de 2007 y 2005.

Por último, un reciente informe elaborado por el doctor Easterbrook, profesor de geología en la Western Washington University, muestra que el calentamiento que vivió el planeta desde 1977 hasta 1998, fue debido principalmente a causas naturales, ha terminado y comienza un nuevo período de enfriamiento global que podría prolongarse durante las tres próximas décadas. Un reciente informe publicado por la Geological Society of America, explica que el Océano Pacífico ha oscilado a lo largo del último siglo entre etapas cálidas y frías cada 25 ó 30 años. Dicho proceso (PDO) cambió repentinamente en 1977, desde su modo frío a su modo cálido, y ello influyó en el calentamiento que vivió el planeta a partir de esa fecha hasta 1998.

El cambio estaría relacionado a su vez por la actividad solar. No obstante, pese a que la concentración de CO2 en la atmósfera siguió creciendo desde 1950 a 1970, la temperatura media del planeta descendió, tal y como muestra la organización por series gráficas sobre las oscilaciones del Pacífico.

La evolución entre emisiones de CO2 y temperatura media del planeta a lo largo de las últimas décadas presenta, igualmente, ciertas divergencias. De este modo, la predicción de Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC), sobre el aumento de las temperatura media corre el riesgo de no cumplirse en caso de que dicha teoría se corrobore durante la presente década.

“¿Cuánto le llevará a la gente del IPCC de la ONU a cambiar sus predicciones del calentamiento hacia escenarios de una próxima pequeña edad de hielo? Gocen ustedes del clima cálido mientras puedan!

En septiembre de 2007, la extensión del hielo marino del Ártico marcó récord mínimo desde que se mide con satélites, mientras que en la Antártida marcó su máximo. El hielo marino constituye una fina capa de dos o tres metros de agua superficial que todos los años se congela y se descongela siguiendo el ritmo estacional que marca el Sol.

Lo curioso es que, según los datos recogidos con fecha del pasado mes de abril, la suma de las extensiones del hielo del Ártico y de la Antártida marcan una anomalía positiva, que equivale aproximadamente a un millón de kilómetros cuadrados (dos veces la superficie de España), según recoge el climatólogo Antón Uriarte en su blog CO2.

Observacioes de la escasa actividad del Sol advirtieron a los científicos de que algo podía cambiar radicalmente respecto al clima

La NASA ya había alertado de esta posibilidad hace cinco de año, después de que uno de sus equipos científicos detectaran una inactividad solar en los últimos años. En este sentido, el científico de la NASA Richard Fisher apunta a que el ciclo solar, que suele durar alrededor de 11 años, tiene sus periodos naturales de baja actividad, sin embargo, ha señalado que este mínimo solar ha sido "históricamente lento" y está durando "más de lo habitual".

El Sol se muestra en un nuevo ciclo solar con escasa actividad, según han explicado científicos del Nacional Solar Observatory (NSO) y el Air Force Research Laboratoy (AFRL), que comparan la situación actual con la vivida en 1645, cuando se registró un periodo de inactividad solar durante 70 años que es conocido como la 'Pequeña edad de hielo'.

Actualmente el Sol se encuentra en su ciclo número 24 desde que los astrofísicos comenzaron a registrar los fenómenos solares (a mitad del S. XVIII). Según Altrock, el periodo empezó tarde y lento y, a su juicio "parece que no podrá remontar". "Si estamos en lo correcto, esta situación afectaría desde a la exploración del espacio hasta al clima terrestre", ha destacado.

Los expertos comparan la situación actual con la vivida durante el periodo 1645-1715 en el que actividad solar era sumamente baja, e incluso las manchas solares desaparecieron de la superficie solar durante años. Los expertos denominan esta etapa como el Mínimo de Maunder, que en la Tierra se vio reflejada con frías temperaturas.

Pese a todo, tales datos no muestran una tendencia hacia el incremento de la superficie helada, pero sí constituyen una prueba de que, al menos, durante el presente año el deshielo se ha frenado respecto a hace seis años. Algo que, además, coincide con el hecho de que el aumento de la temperatura media del planeta se haya congelado a lo largo del último año.

El periodismo imparcial no funciona para las historias sobre el clima. Cuando el periodismo informativo busca el equilibrio se vuelve irresponsable.

Los medios han alertado sobre el inminente Apocalipsis climático no menos de cuatro veces en los últimos 100 años. El único problema es que no se han decidido si la humanidad morirá a causa del calentamiento o del enfriamiento –o si todo seguirá más o menos igual. A medida de que el ruido de la controversia fue aumentando, el debate fue siendo ahogado. Los periodistas han tomado sus posiciones como abogados u opositores, la mayor parte del tiempo ignorando completamente a los científicos que tienen una visión más clara sobre el complejo tema.

Para 1954, la revista Fortune estaba advirtiendo sobre una nueva tendencia hacia el enfriamiento en un artículo titulado “Clima – La Calefacción Podría Apagarse.” Hace apenas tres décadas, en 1975, el New York Times informaba que “Se considera Inevitable Un Gran Enfriamiento.” La revista Newsweek publicó artículo tras artículo alarmando sobre el próximo Apocalipsis del Hielo.

Algunos en los medios argumentarán que ellos simplemente informan lo que los científicos les dicen, pero eso no es sino media verdad. Se ha inaugurado así una era donde impera una metodología que miles de científicos serios objetan, porque la llaman, la “ciencia por partes de prensa.” Los periodistas no sólo deciden lo que ellos cubrirán, también deciden si incluyen o no los puntos de vista opuestos. Eso es un equilibrio que está faltando en el actual “debate o foro“. Esto no es una cuestión de ciencia. Se trata de si la gente puede confiar en lo que los medios le están informando acerca de la ciencia.

La prensa se ha transformado en un fiscal acusador en un juicio donde al reo no se le ha permitido contar con un abogado defensor. Y quienes se ofrecen como defensores del acusado son tildados de negadores del Holocausto, o una minoría insignificante pagada por la industria del petróleo.

¿A qué otra conclusión se puede llegar después de 110 años de una conflictiva cobertura sobre el clima, aparte de que el clima cambia de manera constante y los medios de prensa son igualmente caprichosos? Claro que sus archivos hablan por sí mismos. Cuatro diferentes y bien separadas teorías climáticas hicieron blanco sobre un público enseñado a creer en lo que se les decía. Sólo que las cuatro versiones de la verdad no pueden ser acertadas –al menos no todas al mismo tiempo.

Para que la gente ordinaria pueda juzgar la actual versión de los medios acerca del calentamiento global, es necesario admitir que los periodistas han representado mal a la historia las otras tres veces anteriores. Sin embargo, nadie en los medios se ha dando por enterado de ese hecho. Los periódicos que se enorgullecen de su política de corrección de los pequeños detalles se encuentran ahora enfrentados a un error histórico enorme e imperdonable. Es tiempo ya que los medios de prensa admitan un consistente fracaso para informar a sus lectores sobre este tema de manera justa o precisa, con el debido escepticismo sobre las afirmaciones científicas.

Sería difícil para los medios hacer un trabajo peor del que están haciendo con la cobertura del cambio climático. Quizás la sugestión más importante sería recordar las reglas básicas del periodismo y hacer a un lado los prejuicios –una simple sugestión, pero muy lejos de ser fácil de practicar, dada la abrumadora extensión del problema. Tres de las directivas de la Sociedad de Periodistas Profesionales de los EEUU son especialmente apropiadas:

Apoyar el abierto intercambio de puntos de vista, aún aquellos que encuentran repugnantes.

Prestar voz a los sin voz: las fuentes de información extraoficiales pueden ser igualmente válidas que las oficiales distinguir entre “abogacía” e “información de noticias.” El análisis y el comentario deberían ser etiquetados y no distorsionar los hechos o el contexto. Hay políticos que se despegan: el Primer Ministro canadiense Stephen Harper ya había anunciado su recelo acerca de la validez científica del Tratado de Kyoto. Y está totalmente de acuerdo con su reciente compromiso de conducir una revisión del Protocolo de Kyoto.”

El Dr. Al Pekarek, profesor de geología en el Depto. de Ciencias de la Tierra y Atmosféricas de la St. Cloud State University en Minnesota, es internatua de en foros de discusión sobre el clima y publicó el siguiente breve comentario sobre el futuro próximo del clima terrestre: “El Sol está al final de su ciclo 23 y parece estar ingresando a una fase mucho menos activa. Esto causará un enfriamiento dramático durante la próxima década. El enfriamiento debería ser innegable –a menos que los datos de las fuentes hayan sido severamente alteradas“.

Si los dos párrafos anteriores son correctos, el castillo de naipes del “calentamiento global” se desplomará durante los próximos cinco años. Descansa en Paz. RIP.

Fuente: DIASPORAweb ESPECIAL PARA GLOBEDIA


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