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El presidente del Perú, Alan García, manifestó este lunes su rechazo "enérgico y categórico" a los "actos repulsivos" de Chile, al que acusó de espionaje tras la captura de un oficial peruano, acusado de transmitir información secreta a Santiago
"Quiero expresar (...) mi rechazo enérgico y categórico a esta ofensa que se hace a la soberanía del Perú", dijo el mandatario en Lima poco después de encabezar una sesión el Consejo Nacional de Seguridad, que se reúne excepcionalmente cuando hay amenazas contra el país. "Estos son actos repulsivos que no corresponden a un país democrático y que dejan muy mal la presencia de Chile ante el mundo", agregó, subrayando que quiere creer que el caso de espionaje responde a "algunos sectores, no al gobierno chileno en su conjunto, ni al pueblo chileno".
Añadió que esos sectores "todavía conservan las costumbres dictatoriales y pinochetistas en la relación de Chile con sus vecinos".
García resaltó que su gobierno no hará de este caso "un tema bélico" y que ambos gobiernos "debemos dar las explicaciones correspondientes". "Son actos propios de una republiqueta y no de un país democrático y lo lamentamos", añadió.
"No hemos dicho que la presidenta Michelle Bachelet sea responsable", aclaró para luego afirmar que "cualquiera sea el nivel de los funcionarios implicados en esta ofensa tenemos derecho pleno de exigir explicaciones". Anunció que pedirá a una entidad mundial que luego identificó como Interpol verificar los correos electrónicos enviados por el presunto espía peruano a su homóloga chilena. "Interpol podrá demostrar que Perú hace estas afirmaciones sin caer en inexactitud", precisó en su mensaje en el Palacio presidencial.
El mandatario comentó que hay antecedentes de acciones de espionaje en que Chile está involucrado y recordó un caso de 1979 en que un suboficial de la Fuerza Aérea Peruana fue fusilado en Lima por entregar información secreta a Chile.
Tras conocerse el jueves la detención de un oficial de la Fuerza Aérea Peruana (FAP), Víctor Ariza, bajo el cargo de espiar para Chile, el gobierno de Lima reaccionó expresando su fuerte molestia el viernes. El caso Ariza se halla en manos de un juez civil e involucra hasta ahora a otras tres personas -un peruano y dos chilenos-, que tienen órdenes de captura.
Añadió que esos sectores "todavía conservan las costumbres dictatoriales y pinochetistas en la relación de Chile con sus vecinos"
Las autoridades del Perú investigan la existencia de una red de espías más vasta.
Chile negó tajantemente el espionaje, y deslizó sospechas de que Perú escogió el momento para hacer pública la denuncia, ya que medios de prensa expresaron que la captura del militar peruano se dio el 30 de octubre y tan sólo se conoció dos semanas después.
En Santiago, políticos chilenos de todas las tendencias dijeron que existe una campaña para dañar la imagen de Chile y mostrarlo como "un país belicista y agresor". "Es una estrategia comunicacional concertada de Perú para crear la sensación de que Chile es un país belicista y agresor", dijo el senador oficialista Jorge Pizarro, presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado chileno. Para el senador Pizarro "la verdadera molestia de Perú fue la autorización de compra de material militar de parte de Estados Unidos hacia Chile". Esto en referencia a que el jueves Chile anunció que compraría a Washington más de 660 millones de dólares en armas, y el escándalo de espionaje se conoció pocas horas después.
Tras la denuncia, García suspendió un encuentro que tenía previsto con Bachelet en Singapur en el marco de la Cumbre APEC, adelantó en 24 horas su regreso a Lima y convocó a consultas a su embajador en Santiago, Carlos Pareja.
El caso de espionaje se conoce en momentos que Chile y Perú mantienen un litigio por sus límites marítimos en la Corte de Justicia de La Haya, que ha tensado los últimos años las relaciones entre ambos países.
Los dos países se enfrentaron en la Guerra del Pacífico en el siglo XIX, en que Perú perdió territorio, un episodio que ha dejado heridas que no cicatrizan.